Para las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Haim Topol no fue un artista más: el actor, que falleció el miércoles en Tel Aviv a los 87 años edad, comenzó su carrera en el ejército y a él siguió ligado durante toda su vida.
Como despedida, las FDI compartieron en sus redes sociales un mensaje «en memoria de Haim Topol, el actor y ganador del Premio Israel» con fotografías de sus archivos en el Ministerio de Defensa.
Las imágenes, explicaron, fueron «fotos seleccionadas de diferentes períodos de su vida profesional y sus apariciones» en los cuarteles y eventos de las fuerzas israelíes.
En algunas de las fotos se puede ver a un jovencísimo Topol actuando junto a compañeros de las troupes artísticas de las FDI o vistiendo el uniforme, ya mayor y reservista.
También recreando a uno de sus personajes más conocidos, el inmigrante Sallah Shabati.
Topol era capaz de «hacer reír a todo el pelotón, incluidos los comandantes más duros»
Además de tener «un corazón enorme», Topol «apoyó fervientemente el camino de la justicia de Israel y creyó con entusiasmo en la visión sionista», resumió el primer ministro Benjamin Netanyahu el día de su fallecimiento.
El actor, enfatizó Netanyahu, «expresó esos puntos de vista abiertamente, en todo el mundo».
Todo ese amor por su país quedó sintetizado en una anécdota de 1967, cuando Topol estaba protagonizando una versión teatral de El violinista en el tejado en Londres.
Siendo todavía un joven reservista, el actor estaba todo el día atento a las novedades desde Israel, tratando de conseguir información sobre la inminencia de un nuevo conflicto militar con los países árabes.
«Apoyó fervientemente el camino de la justicia de Israel»
Cuando finalmente comenzó la Guerra de los Seis Días, Topol prácticamente se escapó de Londres, sin permiso de los productores, y salió hacia su país, dispuesto a sumarse a las tropas en el frente.
Sin embargo, la guerra fue breve, resultó en una gran victoria para Israel y Topol pudo volver a estar de regreso en el escenario del teatro de la capital británica en apenas una semana, sin necesidad de disparar un solo tiro.
El conocido científico informático y filósofo Judea Pearl, quien compartió con Topol varios meses del servicio militar en Israel en 1953, recordó, precisamente, las habilidades que su amigo mostraba ya en aquellos años.
Topol, contó Pearl, era capaz de «hacer reír a todo el pelotón, incluidos los comandantes más duros».