En cada vez más países del mundo se celebra San Valentín, el Día de los Enamorados. Pero la fecha es buena también para «reconsiderar los estigmas negativos» que pesan sobre aquellos que eligen seguir soltero o soltera.
Así lo ve un profesor israelí, Elyakim Kislev, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien publicó el libro «Happy Singlehood: The Rising Acceptance and Celebration of Solo Living» («Una soltería feliz: la creciente aceptación y celebración de la vida en solitario»).
En el libro, editado por la University of California Press, se destacan las estadísticas que muestran que alrededor del 25 por ciento de los estadounidenses nunca se casará, y que el volumen de viviendas de personas solas ya supera el 50 por ciento en las principales europeas.
La tendencia «se está expandiendo incluso en regiones más conservadoras, como el Medio Oriente y América del Sur», afirmó la Universidad Hebrea al comentar el libro de Kislev.
Sin embargo, mientras que para muchos esa tendencia es motivo de preocupación, el profesor israelí asegura que la «exitosa adaptación» de los solteros a las condiciones de la vida moderna los hace más resistentes frente a la soledad respecto de sus vecinos casados.
«Mientras nos acercamos a un nuevo Día de San Valentín, es importante reconsiderar los estigmas negativos» contra aquellos que prefieren seguir soltero o soltera, afirmó Kislev.
Estar «solo» o «sola» es cada vez más «una elección de vida consciente, una destinación»
Y si bien muchos hablan de una «generación solitaria» y «acusan» de eso a los solteros, Kislev asegura que, en realidad, es al contrario, ellos «son mucho más activos socialmente y tienen redes de pares más fuertes que sus amigos casados».

Para su libro, Kislev analizó data sobre 300.000 personas en treinta y un países y realizó unas 150 entrevistas profundas. La investigación mostró que, por ejemplo, para el 30 por ciento de los varones y el 26 de las mujeres en Japón, ser soltero no es «un paso temporal antes de casarse».
En cambio, según la pesquisa de Kislev, se trata de «una elección de vida consciente, una destinación», afirmó la Universidad Hebrea de Jerusalén.
«Cuando se trata de estereotipos acerca de ‘sentirse solo’ -siguió la casa de estudios israelí-, Kislev descubrió que la gente soltera, en especial aquellos que lo son desde hace mucho tiempo, son socialmente más activos y tienen redes sociales más extensas» que los casados.
Hay cada vez más solteros en las grandes ciudades, y están conectados a través de las redes sociales
De acuerdo con el autor, si sigue creciendo esta tendencia, se podrá ver un mundo donde «los solteros serán más proclives a disfrutar experiencias compartidas con amigos y con familiares, a ayudar a criar niños de otras personas y cuidar a aquellos que no lo pueden hacer por sí mismos».
«Es tiempo de reconsiderar a los solteros como un activo positivo, en lugar de culparlos por no casarse», concluyó el académico israelí.

Según la investigación, las personas viudas, divorciadas o que nunca se casaron socializan con sus amigos un 17, 20 y 45 por ciento más que los casados, respectivamente.
En cuanto a las razones de los hallazgos de Kislev, la Universidad señaló que, hasta hace poco, la vivienda familiar era el bastión del sistema social de las personas.
Ahora, en cambio, ese eje se está corriendo hacia las redes sociales.
«Esta tendencia -indicó la Universidad- se está viendo facilitada por la individualización, el creciente número de solteros en ciudades en todo el mundo, y la conectividad tecnológica».