Después de enfrentar por semanas las complicaciones de una bronquitis, Francisco I, el primer papa latinoamericano, que mantuvo fuertes lazos con los judíos desde sus tiempos en su Argentina natal y una compleja relación con Israel, murió este lunes en Roma a los 88 años de edad.
El cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Iglesia católica (un alto funcionario administrativo vaticano encargado, entre otras cosas, de establecer la muerte de un papa), hizo el anuncio a las 9:45 hora local (7:45 GMT). Francisco había fallecido a las 7:35, hora de Roma.
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«Toda su vida la dedicó al servicio del Señor y de su Iglesia -dijo Farrell-. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados».
«Millones de personas en todo el mundo lloran la trágica noticia del fallecimiento del papa Francisco: su vida estuvo dedicada a Dios, a la humanidad y a la Iglesia», dijo el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.
Jorge Bergoglio, el religioso nacido el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires y convertido en papa Francisco I el 13 de marzo del 2013, «sabía dar esperanza, aliviar el sufrimiento mediante la oración y fomentar la unidad», resumió el líder europeo.
Para los palestinos, «un amigo fiel»
Los comentarios sobre la muerte del papa, que falleció en la Residencia de Santa Marta, llegaron desde todos los costados del mundo y ocuparon enormes espacios en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Desde el Medio Oriente, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, despidió a Francisco afirmando que el pontífice fue «un amigo fiel» de los palestinos.
«Hoy, perdimos a un fiel amigo del pueblo palestino y sus derechos legítimos», dijo Abbas. El papa Francisco, aseguró, «reconoció al estado palestino y autorizó que se izara la bandera palestina en el Vaticano».
Incluso furiosos islamistas como el grupo terrorista Hamas y su patrocinador, el régimen de los ayatollahs de Irán, expresaron dolor por la muerte de Bergoglio.
Five months ago, a special delegation of Hamas captivity survivors and hostages’ families met the late Pope Francis in the Vatican.
During the meeting, The Pope expressed his closeness to the hostages’ families and promised to do everything possible to secure their release: «I… pic.twitter.com/gGWWtBzW4c— Bring Them Home Now (@bringhomenow) April 21, 2025
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Francisco fue «un firme defensor de los derechos legítimos del pueblo palestino», dijo un alto jefe de Hamas, Bassem Naim, según el cual el papa tuvo una «postura inquebrantable contra la guerra y los actos de genocidio perpetrados contra nuestro pueblo en Gaza en los últimos meses», tras el brutal ataque terrorista del 7 de octubre del 2023 contra Israel.
Amigo de los judíos, crítico de Israel
Si bien mantuvo buenas relaciones con el mundo judío en general desde su crecimiento como líder católico en Argentina, el papa Francisco fue un duro crítico de Israel después del estallido de la guerra en el enclave palestino.
De hecho, durante su última aparición pública, el domingo previo a su muerte, para las celebraciones de la Pascua, Bergoglio repudió el antisemitismo y pidió la liberación de los rehenes, pero también exigió un alto el fuego en Gaza.
En enero de este 2025, el rabino Eliezer Simcha Weisz, miembro del Gran Rabinato de Israel, difundió una carta abierta en la que acusó a Francisco de haber «prestado autoridad papal al antisemitismo moderno» con sus insistentes críticas a la acción militar de Israel.
«Usted estableció repetidamente una falsa equivalencia moral entre una nación democrática que defiende a sus ciudadanos y los terroristas que perpetraron la masacre más bárbara de judíos desde el Holocausto», le dijo Weisz a Bergoglio.
A pesar de esta tirantez nacida después del ataque del 7/10, cuando Hamas masacró 1200 personas en el sur de Israel y secuestró decenas de rehenes (cincuenta y nueve de los cuales siguen cautivos en Gaza), expresiones de dolor salieron este lunes también desde Israel.
Francisco, escribió por ejemplo el presidente Itzjak Herzog, fue «un hombre de profunda fe y compasión ilimitada».
Durante su papado, siguió Herzog, Francisco interpretó la «gran importancia» de «fomentar fuertes lazos con el mundo judío y en promover el diálogo interreligioso como un camino hacia una mayor comprensión y respeto mutuo».
I send my deepest condolences to the Christian world and especially the Christian communities in Israel – the Holy Land – on the loss of their great spiritual father, His Holiness Pope Francis. A man of deep faith and boundless compassion, he dedicated his life to uplifting the…
— יצחק הרצוג Isaac Herzog (@Isaac_Herzog) April 21, 2025
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«Espero que sus oraciones por la paz en el Medio Oriente y por el regreso seguro de los rehenes sean respondidas pronto», dijo el presidente de Israel, quien se declaró esperanzado en que «su memoria siga inspirando actos de bondad, unidad y esperanza».
Defensor del diálogo entre las religiones
Por su parte, el Congreso Judío Europeo afirmó que Francisco fue «un firme defensor del diálogo interreligioso y el respeto mutuo entre las religiones».
«Su compromiso inquebrantable en la lucha contra el antisemitismo y el fomento de un espíritu de hermandad entre cristianos y judíos será recordado con gratitud y admiración», aseguró la organización europea.
Aunque fue un duro crítico de la campaña de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Gaza, el papa estuvo abierto a recibir a rehenes devueltos por Hamas y a familiares de los cautivos.
Después de una de esas reuniones, en abril del 2024, Ashley Waxman Bakshi, familiar de uno de los cautivos, dijo que le había quedado «muy clara» la «solidaridad (de Francisco) por la liberación de los rehenes».
Durante su papado, Bergoglio cumplió una sola visita a Israel, en mayo del 2014, en el marco de un viaje que lo llevó también a Jordania y a los Territorios Palestinos. También sus predecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II, llegaron una sola vez a Israel como jefes de la Iglesia católica.
El viaje se llevó a cabo con motivo del 50 aniversario del encuentro entre su predecesor Pablo VI y el patriarca de Constantinopla Atenágoras I. En tres días, Francisco dialogó con el líder de la Iglesia ortodoxa, rezó por la paz, se reunió con Abbas, con el rey Abdallah II, el presidente Shimon Peres y el primer ministro Benjamín Netanyahu.
En Jerusalén, Bergoglio llegó hasta el Muro de los Lamentos para rezar y colocar un papel con una plegaria entre las piedras. En el libro de visitantes del Kotel escribió un agradecimiento a los «hermanos mayores» (los judíos) de la fe católica.