El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, deseó un «Shaná Tová Umetuká» (un año bueno y dulce) a todos los judíos de su país, de Israel y del mundo
«Que el 5782 sea un año de salud, sanación y progreso, y que todos seamos inscritos en el Libro de la Vida«, dijo Biden en un comunicado difundido este domingo por la Casa Blanca.
Biden aprovechó para reiterar el «lazo inquebrantable» de Estados Unidos con Israel y su compromiso en la lucha contra el odio y «el antisemitismo donde sea y como sea que se manifieste».
Rosh HaShaná y los Iamim Noraim (días terribles) que siguen a la celebración del año nuevo mandan «hacer una pausa, mirar hacia adentro y reflexionar sobre el año pasado», señaló Biden, quien a fines de agosto se reunió en la Casa Blanca con el primer ministro de Israel, Naftali Bennett.
«Es un momento para emprender un inventario del alma» y para «hacernos a nosotros mismos y a los demás preguntas que van más allá de nuestra propia fe individual: ¿Quién quiero ser? ¿Qué tipo de nación queremos forjar? ¿Qué tipo de mundo queremos crear?», continuó Biden.
Para el presidente, «ese es el mensaje y el regalo del Año Nuevo judío: un recordatorio de nuestra capacidad infinita para transformar nuestras vidas y comenzar de nuevo».