En medio de los crecientes llamados, desde las propias filas demócratas, para que el presidente Joe Biden se baje de la carrera a las elecciones de noviembre, surge el nombre de Kamala Harris, una abogada de origen indio y jamaiquino, casada con un judío, para remplazarlo.
Si finalmente Biden deja de lado sus intenciones de ser reelegido y Kamala se pone al frente del ticket demócrata y vence a Donald Trump, podría convertirse en la primera mujer presidente de la historia de Estados Unidos.
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Biden, de 81 años, viene mostrando preocupantes señales de senilidad en sus presentaciones públicas, en especial durante el debate que compartió con Trump a fines de junio.
Sus problemas de memoria no serían de gravedad si no se tratase del presidente de Estados Unidos, el país más poderoso del mundo desde mediados del siglo pasado, con una economía que influye sobre todo el resto del planeta y el arsenal nuclear más grande.
Pero, para los demócratas, el problema más acuciante tiene fecha: el 5 de noviembre próximo. Ese día, si las malas noticias sobre Biden influyen de manera decisiva sobre el electorado, el ex presidente Trump podría volver a la Casa Blanca.
Preocupa el resultado del 5 de noviembre
Según el promedio de encuestas nacionales preparado por el sitio Real Clear Politics y publicado el 8 de julio, Trump cuenta con el 47,7 por ciento de las preferencias de los votantes, con una importante ventaja sobre el 44,2 por ciento que suma el (por ahora) candidato demócrata.
Kamala Davi Harris, por su parte, es «la principal alternativa para reemplazar» a Biden si el presidente «decide no continuar su campaña de reelección», según siete «fuentes de alto nivel» de la Casa Blanca y de la campaña y el partido demócrata consultadas por la agencia Reuters.
«La actuación torpe, a veces incoherente y ampliamente criticada de Biden en el primer debate contra su rival republicano» desató «una ola de pánico dentro del Partido Demócrata», apuntó la agencia británica.
En el oficialismo, añadió el reporte, crecen las «preocupaciones de que podría no estar lo suficientemente capacitado para cumplir un segundo mandato», lo que «provocó llamados a sus principales colaboradores a dimitir».
El informe reconoció que «algunos demócratas influyentes» propusieron otras alternativas a Biden además de Harris, incluyendo a los gobernadores Gavin Newsom de California, Gretchen Whitmer, de Michigan, y Josh Shapiro, de Pennsylvania.
«Pero tratar de eludir a Harris es una ilusión y sería casi imposible», dijeron las fuentes citadas por Reuters, que pidieron mantener el anonimato.
La más reconocida
Si fuera nombrada candidata, Harris, de 59 años, «se haría cargo del dinero recaudado por la campaña de Biden y heredaría la infraestructura de la campaña», apuntaron esas fuentes.
«También tiene el mayor reconocimiento de nombre entre todas las alternativas y las encuestas más altas entre los demócratas que podrían ser considerados seriamente» como rivales de Trump, remarcaron.
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La actual vicepresidenta de Estados Unidos salió a respaldar a Biden después de su desastrosa presentación en el debate, pero en la ciudad de Washington dan por descontado que es la opción número uno de quienes piden el cambio de titularidad en el ticket demócrata para noviembre.
Nacida en Oakland, California, el 20 de octubre de 1964, Harris comenzó su carrera como asistente del fiscal de distrito centrándose en delitos sexuales. Más tarde fue reclutada para la fiscalía de San Francisco, donde se centró en combatir la prostitución adolescente.
A pesar de las dificultades políticas que le causó su oposición a la aplicación de la pena de muerte, Harris estuvo al frente de un aumento de la tasa de condenas en San Francisco entre el 2004 y el 2007, del 52 al 67 por ciento, y en noviembre del 2010 fue elegida fiscal general de California.
Compañera de ticket de Biden
Poco más de dos años después de ser elegida como senadora por California en el 2016, la abogada anunció su candidatura a la nominación demócrata a la Casa Blanca. Sin embargo, suspendió su campaña en diciembre del 2019 alegando falta de recursos financieros y fue nombrada compañera de fórmula de Biden el año siguiente.
Su madre, Shyamala Gopalan, fue una reconocida científica especialista en cáncer de mama que emigró a Estados Unidos desde la India en 1960, y quien se encargó de elegir los nombres de origen sánscrito para Kamala.
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El padre de la vicepresidenta, Donald Harris, es un profesor de economía de la Universidad Stanford que emigró de Jamaica en 1961 para cursar estudios de posgrado en Berkeley.
Last night, @VP and I were proud to join @POTUS and @FLOTUS for a Fourth of July celebration at the White House. Together, we continue the fight to protect our democracy and preserve our freedoms. pic.twitter.com/dRg157zTC7
— Douglas Emhoff (@SecondGentleman) July 5, 2024
En el 2014, Kamala se casó con un abogado judío, Douglas Emhoff, en una ceremonia mixta durante la cual el novio cumplió con la ancestral costumbre de pisar y romper una copa de vidrio, el rito con el cual se recuerda la destrucción del Templo de Jerusalén.
Su relación con Israel y con el pueblo judío está marcada por su pertenencia al sector centrista del partido demócrata y por su matrimonio con Emhoff, padre de dos hijas de una pareja anterior, la productora cinematográfica Kerstin Mackin.
Un vínculo «fuerte e inquebrantable»
En abril del 2021, en ocasión de un nuevo aniversario de la independencia de Israel, Harris destacó el «vínculo fuerte e inquebrantable» entre los dos países. En el 2017, cuando era senadora por California, visitó Israel y se reunió con líderes empresariales y militares.
De todas maneras, si bien repudió el ataque terrorista del 7 de octubre del 2023, cuando Hamas asesinó a 1200 personas en el sur de Israel, la vicepresidenta viene presentando reclamos al gobierno de Jerusalén por la situación en Gaza a causa de la guerra.
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Según el analista Richard Hargy, Harris está buscando de esa manera conectarse con el sector más joven del electorado estadounidense, preocupado por la situación humanitaria en el enclave palestino.
Enfocada en asumir un papel de «emisaria del gobierno para los votantes jóvenes estadounidenses», Harris «está haciendo un esfuerzo concertado para comunicarse con este grupo demográfico clave con declaraciones empáticas sobre la crisis actual en Gaza», apuntó Hargy.