Pocas horas después de que la alcaldesa de Barcelona anunciara el final del «hermanamiento» con Tel Aviv, su colega de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ofreció a la capital española como nueva «pareja» internacional de la ciudad israelí.
El miércoles, la jefa de gobierno de Barcelona, Ada Colau, del partido de izquierda Cataluña en Común, dijo que decidió «suspender temporalmente las relaciones» con Israel y sus instituciones oficiales, incluyendo «los acuerdos de hermanamiento con el ayuntamiento de Tel Aviv».
La medida, afirmó, estará en vigencia «hasta que las autoridades» de Israel pongan «fin» a lo que caracterizó como «la violación sistemática de los derechos humanos contra la población palestina».
«Madrid sí tiene claro dónde tiene que estar»
Martínez-Almeida, del conservador Partido Popular (PP), salió a responderle a Colau el jueves con una conferencia de prensa durante la cual afirmó que la decisión de su colega «tiene un tufo antisemita importante».

«El culpable para la izquierda siempre es Israel», criticó el alcalde de Madrid, en referencia a una tendencia que se viene registrando en ese sector político, no solamente en España sino también en varios otros países europeos.
«Madrid sí tiene claro dónde tiene que estar» y en la ciudad «sabemos cuál es el lado correcto», afirmó.
«Tenemos que reforzar las relaciones y no vamos a dar pábulo ni vamos a alentar comportamientos», añadió apuntando contra Barcelona.
Para el dirigente político español, «esto no tiene cabida en sociedades de hoy en día: Madrid está dispuesto a firmar de inmediato un acuerdo de hermandad» con la ciudad israelí.
Tel Aviv firmó ese acuerdo con Barcelona en 1998, y en la actualidad está «hermanada» con varias otras ciudades del mundo, entre ellas Pekín, Budapest, Toulouse (Francia), Chisinau y Buenos Aires.

La medida de Colau fue duramente criticada por el gobierno de Israel y las organizaciones judías de España, adonde la vida y la cultura hebrea están renaciendo después de siglos de persecución y olvido.
La decisión de Barcelona es «un refuerzo para extremistas», respondieron desde Israel
«Con el único apoyo de (un petitorio de) 4.000 firmas, por decreto y sin debate», Colau «ha tomado esta decisión que no representa ni en forma ni en fondo lo que es Barcelona ni sus ciudadanos», aseguró, por ejemplo, la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE).
Por su parte, uno de los voceros del ministerio de Exteriores de Israel, Lior Haiat, dijo que «es lamentable» y «está en contra de la opinión de la mayoría de los ciudadanos» de Barcelona.
Se trata, completó Haiat, de «un refuerzo para extremistas, grupos terroristas y antisemitas».