El papa Francisco decidió poner en marcha un plan de recortes en el Vaticano, que incluye una reducción del 10 por ciento en el sueldo de los cardenales, para enfrentar la crisis financiera generada por la pandemia de coronavirus y «salvaguardar puestos de trabajo»
«Es preciso proceder al respecto según criterios de proporcionalidad y progresividad», afirmó el pontífice en un «motu proprio», un documento de la Iglesia católica emanado directamente del papa, por su propia iniciativa y autoridad, citado por la agencia de noticias italiana ANSA.
«Un futuro sostenible económicamente requiere hoy, entre otras decisiones, adoptar también medidas relativas a la retribución del personal del Vaticano», señaló el documento papal.
La decisión fue tomada teniendo en cuenta «el desequilibrio que desde hace varios años caracteriza la gestión económica de la Santa Sede» y «el agravamiento de tal situación tras la emergencia sanitaria determinada por la difusión del COVID-19, que incidió negativamente en todas las fuentes de ingresos» del Vaticano, añadió.
A partir del 1 de abril de este año, el salario de los cardenales se reducirá un 10 por ciento, mientras que la retribución de los funcionarios religiosos superiores en los niveles C y C1 bajará 8 por ciento, señaló el reporte de ANSA.