El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, encendió en la noche del lunes una vela de la januquiá que se convirtió ahora en la primera menorá permanente de la Casa Blanca, en la ciudad de Washington.
Durante la ceremonia, el jefe del gobierno norteamericano aprovechó para volver a apuntar con dureza contra el creciente antisemitismo en su país, que calificó como un «veneno» frente al cual «el silencio es complicidad».
«El Janucá de este año -dijo Biden a los invitados a la casa presidencial- llega en medio de un antisemitismo creciente y envalentonado en casa y, francamente, en todo el mundo».
«Reconozco su miedo, su dolor, su preocupación de que este vil veneno se esté volviendo demasiado normal», comentó el mandatario.
«Como su presidente -continuó-, quiero dejar esto claro: el silencio es complicidad, no debemos permanecer en silencio» frente a los actos antisemitas, afirmó.
Luego prometió: «no guardaré silencio, Estados Unidos no se quedará callado y lo digo en serio».
Antisemitism was front of mind at the White House Hannukah reception. Biden told Jewish leaders that "I recognize your fear, your hurt, your worry that this vile and venom is becoming too normal," reaffirming his commitment to combatting anti-Jewish hatred https://t.co/tBOnQb83z1
— Ben Samuels (@Bsamuels0) December 20, 2022
En cuanto a la menorá de nueve brazos que se utiliza para esta festividad, la esposa del presidente, Jill Biden, recordó que en las ocasiones anteriores en las que los presidentes encendieron velas se trató en cada caso de una menorá «prestada».
La januquiá está hecha de madera histórica «rescatada» durante una renovación de la Casa Blanca
Siempre fue una januquiá «hermosa» y «significativa», señaló la primera dama. «Pero la Casa Blanca nunca había tenido su propia menorá, hasta ahora».
Desde este año, la menorá «permanente» de la Casa Blanca será «una parte preciada de este hogar, su hogar», aseguró a los invitados.
Según informó Jill Biden, el candelabro fue fabricado por los artesanos del taller de carpintería de la Casa Blanca con «madera histórica de las vigas» del edificio «rescatadas» durante las renovaciones llevadas a cabo durante el gobierno de Harry Truman.
«Sus copas de plata martilladas a mano están destinadas a magnificar el resplandor de las velas, su belleza nos recuerda tanto el milagro de Janucá como la alegría que inspira», destacó la esposa del presidente norteamericano.
«Es una obra realmente de importancia histórica, pero también es una obra de amor», aseguró, antes de pedir un aplauso para los carpinteros artesanos.