La relación de Estados Unidos con Israel podría ser el escenario del mayor cambio en la política exterior de Washington si la candidata demócrata Kamala Harris vence en las elecciones de noviembre y se convierte en la próxima jefa de la Casa Blanca.
Así lo señaló un reconocido analista norteamericano, Ian Bremmer, según el cual el conflicto entre Israel y los palestinos «marca la división más significativa en política exterior» entre el actual presidente, Joe Biden, y Harris, su vice.
Bremmer apuntó que Harris «es más sensible a las presuntas violaciones israelíes del derecho internacional» en Gaza y Cisjordania.
«También es, en general, más partidaria de la creación de un estado palestino que Biden, que nominalmente está a favor de una solución de dos estados, pero ha sido demasiado deferente» con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, añadió el artículo.
Aunque un eventual gobierno de Harris «seguiría reconociendo a Israel como el socio de seguridad regional más importante de Estados Unidos y garantizaría su capacidad para defenderse -agregó-, ejercería más presión sobre su gobierno para que respete el estado de derecho».
Según el analista, «este enfoque diferente de la ‘relación especial’ supondría una ruptura con administraciones anteriores, pero alinearía más estrechamente la política estadounidense con la de la mayoría de sus aliados».
Bremmer dijo que, aunque no de manera tan profunda, también cambiaría la posición de la Casa Blanca respecto de la guerra entre Ucrania y Rusia, si Harris llega a la presidencia.
Miradas «legales» y «morales»
«Harris y Biden coinciden en apoyar a Ucrania, pero sus motivaciones difieren», señala la columna, publicada en español en el portal Nueva Sociedad.
«Mientras que Harris ve el conflicto en términos legales, haciendo hincapié en la violación de la soberanía ucraniana por parte de Rusia, Biden lo ve a través de una lente moral, presentándolo como una lucha entre democracia y autocracia», opinó el analista.
Esa «diferencia subyacente de perspectiva -continuó- podría dar lugar a una divergencia política en circunstancias cambiantes».
«Aunque Harris aceptaría un acuerdo bilateral de alto el fuego», escribió el analista, sería menos probable que Biden «presionara a Ucrania para entablar negociaciones no deseadas, especialmente mientras el territorio ucraniano siga bajo ocupación ilegal».