Después de atender 6.000 pacientes, llevar a cabo más de 21.000 tests de laboratorio, practicar más de sesenta cirugías y traer al mundo a dos bebés, vuelven a casa los médicos israelíes que trabajaron en el hospital de campaña en Mostyska, en el oeste de Ucrania
Los médicos, técnicos, paramédicos y enfermeras -en su mayoría parte del plantel de Hospital Sheba, considerado uno de los mejores del mundo– pasaron seis semanas en la localidad ucraniana, cerca de Lviv, en la zona fronteriza con Polonia.
El hospital de campaña se inauguró el 22 de marzo último, como parte de los esfuerzos del gobierno israelí para ayudar a los refugiados y desplazados por la guerra en Ucrania.
Como un homenaje a la ex primera ministra Golda Meir –nacida en Kiev, la capital de Ucrania, en 1898-, el sanatorio fue bautizado Kohav Meir (Estrella brillante, en hebreo).
Además de las decenas de trabajadores de la salud que viajaron a trabajar en el hospital, el Sheba, ubicado en la periferia de Tel Aviv, también prestó atención a distancia a través de sus sofisticados sistemas de diagnóstico y práctica remota.
En un comunicado, el ministerio de Salud aseguró que, incluso después del levantamiento del hospital, Israel «seguirá brindando asistencia humanitaria a Ucrania», en particular a los afectados por la invasión de las tropas rusas que comenzó el 24 de febrero último.
El hospital fue bautizado Kohav Meir, en homenaje a la ex primera ministra Golda Meir, nacida en Kiev
Durante estas seis semanas, el hospital funcionó con un área de triage, sala de emergencias, pabellones para varones, mujeres y niños, instalaciones de parto, un centro de tecnología de imágenes, una farmacia, un laboratorio y servicios de salud mental, además de una clínica ambulatoria.
El hospital fue escenario de incontables historias de drama y alegría, desde la visita de una estrella de Hollywood (Liev Schreiber), la cocina del sanatorio preparando comidas para el cierre de Pésaj y una médica residente en Israel que se reunió con su madre ucraniana recién escapada del asedio ruso.
En efecto, a mediados de abril, la doctora Anna Levin, que había llegado al sanatorio de campaña enviada por una de las aseguradoras médicas israelíes, pudo reencontrarse con su madre, Natalia, rescatada de la zona de batalla en la ciudad de Melitopol, en el sudeste del país.
Frente a los miembros de la delegación, la doctora Levin y su madre pudieron finalmente abrazarse después de no verse durante un año y de haber perdido contacto por tres preocupantes días antes de la reunión.
Antes de salir desde el aeropuerto Ben-Gurion, los médicos, paramédicos, enfermeras y técnicos fueron saludados por el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, quien les pidió que «vuelvan sanos y salvos».
«Israel tiene la capacidad y las herramientas para brindar asistencia a los civiles» afectados por la guerra, aseguró Bennett hace seis semanas, al despedir a los médicos.
Se estima que el desarrollo y la instalación del hospital de campaña en Ucrania insumió, hasta el momento de su apertura, alrededor de 21 millones de shekels, unos 6,4 millones de dólares.