El millonario ruso-israelí Roman Abramovich, considerado cercano al jefe del gobierno de Moscú, Vladimir Putin, anunció este sábado que abandonó, al menos temporalmente, la conducción del club inglés de fútbol Chelsea
«Durante mis casi veinte años como propietario del Chelsea FC, siempre he visto mi papel como custodio del club, cuyo trabajo es garantizar que tengamos el mayor éxito posible hoy, así como construir para el futuro, al mismo tiempo que jugar un papel positivo en nuestras comunidades», señaló Abramovich en un comunicado.
«Siempre he tomado decisiones pensando en el mejor interés del club» y «sigo comprometido con estos valores», aseguró el empresario ruso, que obtuvo la ciudadanía israelí en el 2018.
«Es por eso -siguió en el comunicado, que no nombra a Rusia ni a Putin ni se refiere a la invasión de Ucrania- que hoy doy a los fideicomisarios de la fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del Chelsea FC».
Y completó: «creo que (los fideicomisarios) actualmente están en la mejor posición para velar por los intereses del club, los jugadores, el cuerpo técnico y la afición».
El diario español Mundo Deportivo recordó que el primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, nombró a Abramovich entre los posibles empresarios blanco de «sanciones por la invasión de Rusia a Ucrania, por las conexiones entre el dueño del Chelsea y Putin».
Cuando Abramovich se hizo ciudadano israelí -convirtiéndose inmediatamente en el hombre más rico del país gracias a su fortuna estimada en 13.000 millones de dólares-, varios de sus críticos apuntaron que la decisión tenía que ver con su delicada posición fiscal y política en Londres.
Comentarios similares circularon a finales del 2021 cuando el empresario obtuvo la ciudadanía de Portugal, citando raíces familiares sefaradíes.
La fortuna y la fama de Abramovich, «un sostenedor multimillonario» de Putin, opinó el Washington Post, «simboliza la posición conflictiva de los gobiernos occidentales que ahora se mueven para sancionar a los oligarcas que la élite europea ha recibido durante mucho tiempo».
Al margen de las controversias, Abramovich es conocido por su lucha contra el antisemitismo (creó en el Chelsea un programa específico en este frente) y recientemente donó una cifra millonaria a Yad Vashem, el museo de Jerusalén que recuerda a las víctimas del Holocausto.