La guerra en Ucrania no detuvo a los fieles reunidos en la sinagoga de Kharkiv: mientras se desataba la invasión rusa, las oraciones matutinas en el templo comenzaron incluso mientras «el fuego de artillería estallaba sobre sus cabezas»
Así lo describieron voceros de la organización Jabad Lubavitch, quienes compartieron a través de sus redes sociales algunos detalles de la situación de la comunidad judía en la segunda ciudad ucraniana.
«¡Un momento, están bombardeando ahora!», pidió Miriam Moskovitz mientras llevaba a cabo una entrevista telefónica con Chabad.org, el website de la organización religiosa jasídica.
Miriam y su esposo, el rabino Moshe Moskovitz, dirigen la sede de Jabad Lubavitch en la ciudad, y desde allí transmitieron el vívido relato de lo que estaba aconteciendo en la mañana del jueves 24 de febrero.
«Recibimos una llamada a las 5:30 de la mañana de un miembro de la comunidad -recordó-. Le pregunté ‘¿Está todo bien?’ y me dijo ‘¡No, están bombardeando Kharkov!'».
El sitio de internet señaló que, después de recibir la llamada, Moskovitz «abrió su ventana y escuchó las primeras explosiones de artillería y el olor acre de cosas quemadas que se ha convertido en la nueva realidad de la vida en muchos lugares de Ucrania».
Poco después, continuó, «el rabino Moskovitz fue a la enorme sinagoga que dirige esperando orar solo, pero encontró a más de treinta hombres esperando que comenzaran los servicios».
«¿Dónde más debería estar ahora sino en la sinagoga?»
También estaba allí un habitual asistente al templo, de 95 años edad. Cuando Moskovitz le preguntó «por qué no se había quedado en casa, el hombre respondió: ‘¿Dónde más debería estar ahora sino en la sinagoga?'».
En el posteo en las redes sociales, Jabad Lubavitch subió también el video de las oraciones matutinas del jueves en el templo de Kharkiv. Allí se ve a los fieles congregados cantando el «Sheyiboneh», una plegaria por la reconstrucción del Templo en Jerusalén.
La oración habla de un momento que debería marcar «el comienzo de una era de paz mundial», apuntó Chabad.org. Pero el jueves, en Kharkiv, resonó «en medio de un espeluznante silbido de fuego de artillería». Y cuando se leyó la Torá, el sonidos de las explosiones de mortero «eran aún más fuertes».
También el jueves, los enviados de Jabad en Kiev, el rabino Jonathan Markovitch y su esposa Inna, contaron la delicada posición de la colectividad judía en la capital de Ucrania, y revelaron que convirtieron su sinagoga en un refugio, adonde acumularon colchones y «toneladas» de alimentos.
Se han oído fuertes explosiones en el centro de Kiev en la madrugada del viernes. https://t.co/GewMZIKYGj
— BBC News Mundo (@bbcmundo) February 25, 2022
«Aquí (en la sinagoga) no hay refugio antibombas, pero al menos podemos estar juntos«, comentó el rabino.
También en Odessa la comunidad judía se prepara «para lo peor»
La situación de los judíos ucranianos llegó incluso al New York Times, que el lubes de esta semana publicó un extenso reportaje sobre la comunidad de Odessa, la famosa ciudad portuaria sobre el Mar Negro.
«Para los judíos de Ucrania, la amenaza de guerra despierta recuerdos de horrores pasados», tituló el diario estadounidense, en referencia a la larga historia de sufrimiento en esta región, desde pogroms a las matanzas llevadas a cabo por las tropas nazis.
A principios de esta semana en Odessa, indicó el reportero del Times, Michael Schwirtz, los líderes judíos locales ya se estaban «preparando para lo peor» y pensando en «contratar guardias de seguridad, buscar refugios antiaéreos y hacer planes para evacuar si Rusia invade el país».
La cuestión de la seguridad fue apuntada también por el rabino de Kiev. Markovitch dijo que su sinagoga necesitaba los servicios de «una compañía de seguridad armada seria» por temor a «saqueos y disturbios que puedan surgir del lado ucraniano», como en el 2014, cuando una revolución derivó en la caída del entonces presidente pro-ruso Viktor Yanukovych.