Para algunos médicos y voluntarios israelíes instalados en Moldavia para ayudar a los desplazados que llegan huyendo de la guerra, asistir a las refugiadas ucranianas ancianas es como cuidar a sus «propias abuelas»
Así lo relataron desde la delegación del Magen David Adom (MDA) que está operando un centro de asistencia en Chisinau, la capital moldava, junto a médicos del hospital Ijilov, de Tel Aviv, uno de los más importantes de Israel.
«Incluso si tuviera mil fotografías, me resultaría difícil contar esta historia», dijo el paramédico Haim Levin, gerente de la clínica.
En un artículo en el website del MDA, Levin comentó: «realmente no tenemos historias heroicas en esta clínica especial, pero tenemos muchos momentos especiales de conexión humana que son difíciles de describir».
«Es difícil -enumeró- expresar el miedo, la angustia y la conmoción que han experimentado estos refugiados», cuyas vidas «dieron un vuelco en un instante».
Por otro lado, reconoció, «la mirada de alivio en sus ojos cuando se dan cuenta de que están a salvo, es indescriptible».
Muchos de los refugiados albergados en el centro médico del MDA en Chisinau están esperando para ser trasladados a Israel. Casi todos ellos llegaron después de largos y extenuantes viajes en autobús desde Ucrania, invadida por los rusos el 24 de febrero último.
«Vemos a cada una de ellas como nuestra abuela», dijo una paramédica israelí sobre las refugiadas ancianas
«Junto con los tratamientos que brindamos en la clínica -relató el médico Hanan Gefen-, dos veces al día enviamos equipos a los campos de refugiados locales son operados por la comunidad judía» de Moldavia.
Esas visitas, aseguró Gefen, «ayudan a restaurar una sensación de calma y seguridad a las personas que han sido arrancadas traumáticamente de sus vidas normales» en Ucrania.
«No tengo ninguna duda de que con solo escucharlos, les estamos ayudando a sobrellevar la situación», apuntó el médico del MDA.
משלחת של עמותת ״למענם״ - רופאות ורופאים למען שורדי שואה תוך סיוע וגיבוי רפואי ולוגיסטי של ביה״ח איכילוב נחתה במולדובה למתן מענה רפואי מידי לפליטים שמורכב מרופאים ואחיות דוברי אוקראינית מדיסיפלינות שונות כולל פסיכולוגית, ליצנים רפואיים, עובדת סוציאלית ואנשי לוגיסטיקה ותיאום. pic.twitter.com/MtPFwStOSt
— בית החולים איכילוב (@tasmc1) March 11, 2022
La paramédica Dana Raginsky, por su parte, compartió sensaciones de su trabajo con los refugiados más ancianos.
«Se nos acercaron tres señoras mayores que necesitaban supervisión médica -dijo Dana-. Una vez que las revisamos y tratamos, nos aseguramos de alojarlas en el albergue donde nosotros nos hospedamos, para poder así vigilarlas de cerca hasta que vuelen a Israel».
«Vemos a cada una de ellas como nuestra abuela», describió la paramédica. Una de las mujeres, narró, llegó hasta Chisinau con tres perros «y no podía sacarlos a pasear, así que asumí ese papel».
«Incluso me aseguré de comprarles algunos bocadillos especiales», completó la enviada israelí a la capital moldava.