La jueza Ketanji Brown Jackson, la primera mujer afroamericana que llega a la Corte Suprema de Estados Unidos, tiene una importante conexión con la comunidad judía de su país
El jueves de esta semana, el Senado estadounidense aprobó por 53 votos contra 47 la candidatura de Brown Jackson, quien se convertirá -en este verano boreal, cuando asuma- en el miembro número 116 de la historia del máximo tribunal federal.
Para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la designación representa «un momento histórico» para el país, mientras que el senador demócrata Chuck Schumer dijo que se trata de «un paso gigante, audaz e importante» en favor de la diversidad.
Como todos los candidatos a la Corte Suprema, la jueza nacida en 1970 en la ciudad de Washington debió enfrentar un intenso proceso de audiencias parlamentarias, durante las cuales recibió un duro interrogatorio de la bancada republicana opositora.
De hecho, solamente tres senadores republicanos votaron en favor de aprobar la postulación de Brown Jackson: Mitt Romney, de Utah, Susan Collins, de Maine, y Lisa Murkowski, de Alaska.
Fue en el marco de esas audiencias que la flamante integrante del máximo tribunal reveló sus lazos con los judíos estadounidenses.
A fines de marzo último, el senador republicano Ted Cruz, de Texas, cuestionó a la jueza sobre sus posiciones acerca de las relaciones raciales en Estados Unidos, un tema acuciante en el país en los últimos años.
Para explicar sus conceptos, Brown Jackson contó la historia de la Georgetown Day School, una escuela de élite en la capital norteamericana, fundada en 1945 y que cuenta con niveles primario y secundario.
La jueza reemplazará a Stephen Breyer, uno de los miembros judíos de la Corte, quien anunció su retiro en enero último
Brown Jackson se desempeñó durante varios años como miembro de la junta directiva de la escuela, creada por un grupo de vecinos judíos y afroamericanos para combatir la segregación racial que imperaba en la ciudad de Washington en aquellos años.
En 1945, «a los estudiantes negros no se les permitía ir a la escuela con estudiantes blancos en las escuelas públicas», recordó la jueza en su respuesta al senador Cruz.
«Georgetown Day School es una escuela privada, que se creó cuando tres familias blancas, familias judías, se juntaron con tres familias negras«, continuó su relato.
Judge Jackson’s confirmation was a historic moment for our nation. We’ve taken another step toward making our highest court reflect the diversity of America. She will be an incredible Justice, and I was honored to share this moment with her. pic.twitter.com/K8SAh25NL5
— President Biden (@POTUS) April 7, 2022
A pesar de que la ley está establecía que «los niños negros no debían ser tratados igual» que sus compañeros blancos, señaló Brown Jackson, esas familias dijeron «vamos a formar una escuela privada para que nuestros hijos puedan ir juntos» a estudiar.
«La idea de la igualdad, la justicia, está en el centro de la misión de la escuela», completó.
Además de participar en la dirección de esta reconocida escuela liberal, la jueza tiene otra importante relación con los estadounidenses judíos. En efecto, la egresada de Harvard fue asistente en la Corte Suprema de Stephen Breyer, uno de los miembros judíos del tribunal.
Es precisamente Breyer, conocido por sus posiciones progresistas y cuyo retiro fue anunciado a principios de este año, a quien reemplazará Brown Jackson en la máxima instancia judicial estadounidense.