La fotografía enmarcada de una obra de arte nacida de manera «accidental» en Israel terminó, también un poco por casualidad, en manos del papa Francisco, quien quedó «conmovido» al recibir el cuadro
Así lo relató la Universidad de Tel Aviv, adonde se desempeña la profesora Dina Porat, quien actuó como «mensajera» y entregó al Papa la obra de arte israelí durante un evento en Roma.
El cuadro, «Jesús del Suelo de Tierra Santa», fue concebido por la artista Nilly Shachor, de la localidad de Sde Warburg, en el centro de Israel.
Un día, mientras caminaba por los campos cerca de su casa, Shachor tropezó y cayó. Cuando se levantó, vio que había tropezado con unas ramas que yacían en el suelo en una formación inusual, que le recordaba a Jesús.
Eran dos ramas extendidas hacia los lados como brazos humanos, una cabeza despeinada y piernas largas y delgadas. Incluso se había «ubicado» una corona sobre la cabeza de la figura.
Shachor llevó las ramas a casa, las limpió y adornó la corona con espinas.
Luego llamó a su amiga, la profesora Porat, de la Escuela de Estudios Judíos y Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, quien planeaba asistir a una conferencia internacional sobre antisemitismo en Roma unos días después.

«Nilly me envió una foto de la inusual composición y me preguntó, medio en broma, si tal vez podría ver al Papa y llevarle un regalo muy especial del suelo de Tierra Santa«, recordó Porat.
La profesora israelí dijo esperar que el cuadro «se muestre en una pared en algún lugar del Vaticano»
La profesora aceptó el desafío, enmarcó la foto y llamó a un viejo amigo, el padre Norbert Hofmann, secretario de la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Judíos del Vaticano, quien inmediatamente accedió a ayudar.
«Cuando llegué a Roma, mi amigo me dijo que al día siguiente, como todos los miércoles, el Papa celebraría la Audiencia General en la que saluda a los visitantes, y que se había dispuesto que nos sentáramos en la sección VIP, justo al lado al escenario», relató.
«Fue un evento muy emocionante -continuó-. Miles de personas se reunieron en la Plaza de San Pedro, la gran plaza del Vaticano, cantaron canciones y ondearon alegremente sus banderas».
El Papa se acercó a Porat (ambos son argentinos y nacidos en Buenos Aires) y comenzó a estrechar las manos de la gente. «Cuando se acercó a mí, le ofrecí el regalo: se conmovió y pidió a sus asistentes que la guardaran».
Porat aseguró que se trató de «una experiencia muy significativa» y dijo que espera que «Jesús del suelo de Tierra Santa» ahora «se muestre en una pared en algún lugar del Vaticano».