A través de estos ocho días, los judíos «encenderán la menorá, girarán el dreidel, comerán latkes y contarán cómo los Macabeos, guiados por una fe inquebrantable en su Creador y un compromiso inextinguible con su fe, prevalecieron contra viento y marea«, apuntó Biden
«En esencia -continuó el presidente en el mensaje difundido el domingo por la Casa Blanca-, Janucá cuenta una historia que está en el corazón del espíritu humano, una que es inherentemente judía e innegablemente estadounidense».
«Conmemora cómo incluso la llama más frágil puede sostener una tradición y nutrir el alma de un pueblo», y «nos enseña que incluso un poco de luz, donde sea que se encuentre, puede disipar la oscuridad e iluminar un camino hacia adelante», aseguró.
Se trata de una festividad que «nos recuerda que, ya sea el Templo Sagrado de Jerusalén o el templo de nuestra democracia, nada roto o profanado está más allá de la reparación».
Para el presidente norteamericano, «al igual que el Día de Acción de Gracias, Janucá es un día festivo dedicado a la expresión de gratitud por las bendiciones y los milagros en nuestras vidas, grandes y pequeños, visibles e invisibles, desde la antigüedad hasta la actualidad».
Biden completó el mensaje con un deseo de «Janucá Sameaj» de su parte, y de su esposa Jill, para todos aquellos que lo observan a partir de este domingo y por ocho días alrededor del mundo.