El Senado de Estados Unidos votó de manera casi unánime, 97-3, en favor de mantener la embajada en Jerusalén, adonde se trasladó en mayo del 2018 bajo el impulso del entonces presidente, Donald Trump
La votación se realizó el jueves por la noche, y los únicos senadores que se expresaron en contra de la enmienda fueron los demócratas Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Tom Carper, representantes de Vermont, Massachusetts y Delaware, respectivamente.
«Jerusalén es la capital de Israel y me enorgullece presentar una legislación para proteger a la embajada de Estados Unidos de una reubicación o degradación», habíá afirmado el senador republicano Jim Inhofe, de Oklahoma, uno de los introductores de la enmienda, junto a su compañero de partido Bill Hagerty, de Tennessee.
«Fue un honor ver a la embajada de Estados Unidos trasladada a su ubicación legítima en Jerusalén en el 2018 después de más de 20 años de esfuerzo bipartidista, y el senador Hagerty y yo somos claros en nuestros esfuerzos para garantizar que permanezca allí», añadió Inhofe.
El nuevo presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, había dado a entender que no tiene intenciones de retirar la embajada norteamericana de Jerusalén para devolverla a su ubicación anterior, en Tel Aviv.
De hecho, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ya había dicho, durante una presentación parlamentaria, que el nuevo gobierno mantendrá la embajada en la capital israelí.
Cuando el senador republicano Ted Cruz, de Texas, le preguntó si estaba de acuerdo en que «Jerusalén es la capital de Israel» y si se comprometía a que Estados Unidos «mantendrá nuestra embajada» en la capital, Blinken le respondió: «sí y sí».