La mecánica del ataque explosivo que terminó con la vida de Ismail Haniyeh, uno de los principales líderes del grupo islamista palestino Hamas, sigue generando polémica: algunos reportes hablan de una bomba «plantada» en su habitación pero desde Irán aseguran que fue un misil.
Haniyeh murió el 31 de julio pasado en Teherán, adonde había llegado para participar de las ceremonias de asunción del nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian.
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El líder político del grupo terrorista se encontraba en la mira de Israel desde hace años, pero principalmente después del ataque del 7 de octubre del 2023, cuando miembros de Hamas entraron al sur de Israel y asesinaron a 1200 personas, además de secuestrar decenas de rehenes.
Apenas se conoció la noticia de la muerte de Haniyeh en Teherán, voceros del régimen iraní y de la cúpula de Hamas salieron rápidamente a acusar del ataque al Mossad, los famosos servicios secretos exteriores de Israel.
En un primer momento se habló de un misil disparado desde un dron, luego de un proyectil lanzado desde un edificio cercano, pero luego tomó fuerza la versión de una bomba «plantada» en la habitación «dos meses antes» de la llegada del líder palestino a la capital iraní.
También en un primer momento se habló de la supuesta traición de uno de los guardaespaldas encargados de la protección del jefe palestino, quien habría entregado información crucial para concretar el asesinato.
¿Iraníes comprados?
Sobre ese punto profundizó el diario británico The Telegraph, que -en un artículo publicado este sábado- aseguró que el espionaje israelí «contrató» a agentes de seguridad iraníes para llevar a cabo el operativo.
Citando a dos funcionarios iraníes que pidieron mantener el anonimato, el periódico londinense dijo que el plan original era alcanzar a Haniyeh en mayo de este año, cuando se encontraba en Teherán para el funeral del presidente iraní Ebrahim Raisi, muerto en un accidente de helicóptero.
According to reports, Saudi Arabia and the UAE are both forbidding any public mourning for Ismail Haniyeh.
The lines are being drawn. We are very quickly approaching an actual alliance between Israel and the Saudis. pic.twitter.com/dwYec4gili— 𝗡𝗶𝗼𝗵 𝗕𝗲𝗿𝗴 ♛ ✡︎ (@NiohBerg) August 3, 2024
Sin embargo, siempre según las fuentes, la misión fue cancelada debido a la presencia de numerosos civiles en el lugar y la «alta posibilidad de un fracaso».
De todas maneras, los agentes colocaron bombas en diferentes habitaciones de un edificio de Teherán utilizado por los temibles Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) para alojar a huéspedes oficiales de alto perfil.
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Cuando se concretó la llegada de Haniyeh para la asunción del nuevo presidente, solamente fue cuestión de esperar y detonar por control remoto el explosivo en la habitación donde estaba el líder de Hamas.
Una de las fuentes consultadas, un miembro de los CGRI, se declaró «seguro de que el Mossad contrató a agentes de la unidad de seguridad Ansar al-Mahdi», encargada de proteger a altos funcionarios y parte de los propios Cuerpos paramilitares creados por el ayatollah Khomeini.
Esquivando la «humillación»
Se trató de «una humillación para Irán y una enorme falla de seguridad», dijo otro miembro de los CGRI entrevistado por el diario británico.
Posiblemente para desactivar esa vergüenza, este sábado se reflotó la versión de un misil asesino, y no una bomba en la habitación.
En un comunicado, los CGRI dijeron que, según las investigaciones realizadas hasta el momento, el ataque contra Haniyeh «se llevó a cabo disparando un proyectil de corto alcance que transportaba alrededor de 7 kg de materiales explosivos».
El proyectil, enfatizó el comunicado retomando una de las primeras versiones sobre el ataque, «fue lanzado desde fuera de la residencia de huéspedes» donde se alojaba el jefe de Hamas.