Las fuerzas de seguridad de Israel encontraron restos del cuerpo de Shani Louk, la joven tatuadora alemana que se convirtió en uno de los más impactantes rostros de las víctimas de la brutalidad del ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre último en el sur de Israel.
Ricarda, la madre de Shani, le dijo a la prensa alemana que fue informada por las autoridades israelíes del hallazgo de un cráneo que contenía el ADN de su hija, que estaba participando de un festival musical cerca de Gaza cuando fue secuestrada por los terroristas.
Después de atacarla, los terroristas difundieron un video en el que se veía el cuerpo destrozado de Shani recorriendo calles de Gaza en la parte trasera de una camioneta, semidesnuda, con el pie de un miembro de Hamas sobre su espalda y un joven palestino escupiéndola.
La madre de la tatuadora, de 22 años y que desapareció junto a su novio mexicano, había mantenido la ilusión de que su hija estuviera con vida. En medio de la conmoción, Ricarda incluso afirmó que tenía datos de que Shani estaba en un hospital de Gaza.
Adiós a la esperanza
Pero las esperanzas se terminaron de esfumar en las últimas horas cuando se conoció la noticia del descubrimiento de sus restos.
Shani Louk ‘beheaded’ by Hamas after she was kidnapped at music festival and paraded by terrorists: Israel https://t.co/Ubp1hGxJaR pic.twitter.com/BjKObzPXJB
— New York Post (@nypost) October 30, 2023
«Estos animales bárbaros y sádicos simplemente le cortaron la cabeza», confirmó el presidente de Israel, Itzjak Herzog.
Los terroristas registraron videos y fotografías de Shani y de muchas de sus víctimas de asesinatos, humillaciones y violaciones. En muchos casos transmitieron los videos en tiempo real a través de internet, incluso usando las redes sociales de las propias víctimas.
Hablando con la emisora RTL de Alemania, Ricarda Louk precisó que el cuerpo completo todavía no fue encontrado, y que la prueba de ADN se realizó sobre una astilla de un hueso del cráneo.
Según las primeras estimaciones de la prensa, Shani habría muerto poco después de ser secuestrada, de un disparo en la cabeza. «Al menos no sufrió», le dijo RIcarda a su entrevistador.