La firma de los acuerdos para el establecimiento de relaciones diplomáticas completas entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahrein parece haber abierto una «lista de espera» de otros países árabes que, en mayor o menor medida, estarían interesados en abrir una era de paz con Jerusalén
El último de estos países en ser agregado a la lista es Kuwait, nada menos que por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, uno de los principales impulsores de los acuerdos con los EAU y Bahrein.
Hablando con la prensa en la Casa Blanca, después de una reunión a fines de la semana pasada con una delegación de altas autoridades de Kuwait, Trump dijo que los dirigentes de esa nación del Golfo Pérsico «están muy entusiasmados con muchas cosas que están sucediendo en el Medio Oriente».
Según el presidente norteamericano, los kuwaitíes están «muy emocionados» por los dos acuerdos recientes y «creo que terminarán formando parte» de esas iniciativas «con bastante rapidez», afirmó.
Sin embargo, al menos por ahora, el gobierno de Kuwait remarcó que mantendrá su posición de que cualquier acercamiento a Jerusalén se concretará solamente después de una resolución del conflicto entre palestinos e israelíes.
Una situación similar se vive en Arabia Saudita, otro de los principales «candidatos» a firmar un acuerdo de paz con Israel. Pero reportes recientes indicaron que los más altos dignatarios de Riad están divididos, a causa de la cuestión de la creación de un estado para los palestinos.
Un reporte del diario estadounidense The Wall Street Journal dijo que el mandatario de facto en Arabia Saudita, el príncipe Mohammed bin Salman, está a favor de un acercamiento con Israel, en contraste con la opinión de su padre, el rey Salman bin Abdulaziz, considerado un defensor de los reclamos palestinos y más cauto frente a Jerusalén.
Por ahora, de todas maneras, el gobierno de Riad mostró algunos gestos hacia Israel, como el permiso que concedió a la aerolínea El Al para surcar su espacio aéreo durante el histórico primer vuelo comercial entre Tel Aviv y Abu Dhabi, a fines del mes pasado.
Otro gran «candidato» es Marruecos, desde donde -se especuló hace pocos días- podrían comenzar a funcionar vuelos directos a Israel. Sin embargo, las autoridades de Rabat por ahora descartaron la posibilidad de un acuerdo.
También en Oman la decisión es difícil, ya que ese rico sultanato es uno de los muy pocos países de la zona del Golfo Pérsico que mantiene buenas relaciones con Irán, un país enemigo de Israel.
La semana pasada, un alto funcionario palestino, entrevistado por la televisión israelí, admitió que hay otros países que ya se encuentran «en conversaciones» con el gobierno de Jerusalén, reveló.
Esos países son Sudán, Djibouti, Comoros y Mauritania, dijo Ahmed Majdalani, el ministro de Asuntos Sociales de la Autoridad Nacional Palestina.