Un rabino y empresario estadounidense, ahora residente en Jerusalén, distribuyó «cientos de kilos» de matzá para el Pésaj de este año entre los judíos que viven en Arabia Saudita, un gesto que -espera- se vea pronto coronado con una normalización de las relaciones de Riad con Israel
«Si Dios quiere, podré celebrar el Seder de Pésaj en el estado árabe el próximo año», le dijo el rabino, Yaakov Herzog, al diario Israel Hayom.
Israel y Arabia Saudita no tienen lazos diplomáticos, aunque se da por descontado que existe comunicación periódica en materia de seguridad.
Aunque algunos rumores señalan que el gobierno de Riad estaría dispuesto a sumarse al proceso de los Acuerdos de Abraham -gracias al cual Israel estableció relaciones diplomáticas con Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos (EAU)- el rey saudita Salman bin Abdulaziz parece no tener apuro.
«No sé cuál es la expectativa de normalización entre Arabia Saudita e Israel», reconoció el rabino en la entrevista con el periódico. «Solo sé que los países de la región siempre mantienen cierto nivel de lazos, y mi aspiración es que el rey Al Saud brinde pronto reconocimiento a la comunidad judía» local.
Según estima el propio Herzog, actualmente residen en el reino saudita unos 3.000 judíos empleados por firmas internacionales, originarios de países como Estados Unidos, Sudáfrica, Francia y Canadá.
Algunos de ellos, abundó Herzog, permanecen en Arabia Saudita unos pocos meses, mientras que otros mantienen allí su residencia desde hace más de una década.
Herzog, quien asegura que no es empleado del gobierno de Israel ni de organizaciones religiosas como Jabad, apuntó que en Arabia Saudita no existe ninguna infraestructura para la vida comunitaria judía y le reveló a Israel Hayom que «está construyendo todo, incluido un baño ritual, desde cero».
«Me ven como un judío religioso que no mezcla religión con cuestiones políticas»
Como parte de ese esfuerzo, este año el rabino repartió «cientos de kilos» de matzá entre los judíos residentes en Arabia Saudita para el Seder de Pésaj. Se trató de una tarea con ciertos riesgos, si se tiene en cuenta que en ese país está prohibida la exhibición pública de elementos religiosos no islámicos.
De hecho, en un reportaje que Times of Israel publicó sobre Herzog en diciembre del 2021, el diario aseguró que algunos judíos ven las actividades del rabino con preocupación, ya que «prefieren permanecer fuera del radar» de las autoridades religiosas y migratorias sauditas.
«Por ahora -le comentó Herzog a Israel Hayom-, brindo todos los servicios necesarios a los judíos (en Arabia Saudita) por mi propia iniciativa y de forma voluntaria».
Sin embargo, «si el rey me lo pidiera, con mucho gusto serviría formalmente en el cargo y sería el rabino principal de Arabia Saudita», se postuló el religioso, que tiene una empresa de marketing de semillas vegetales.
En otra entrevista, publicada por Forward en abril del 2021, Herzog afirmó que, además de los judíos que residen en Arabia Saudita, también estableció una relación con líderes religiosos islámicos.
«No anticipé la cantidad de interés que despertaría entre los musulmanes», señaló el rabino en la conversación con la publicación estadounidense. «Me ven como un judío religioso», pero «que no mezcla religión con cuestiones políticas», agregó.
Con eso, completó, «hago que sea más fácil para ellos mostrar su respeto por el pueblo judío, sin mezclar todo el tema político de Israel».