Qaid Farhan Alkadi, el israelí rescatado en Gaza el martes de esta semana, ya está en su casa en la zona de Rahat, en el sur del país, y pudo abrazar a sus hijos y a su madre en medio de una inmensa alegría.
Sin embargo, Qaid interrumpió varias veces esa alegría para recordar que decenas de otros cautivos siguen en manos de Hamas en el enclave palestino.
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Alkadi ya se lo había dicho el mismo martes desde el hospital Soroka, en Beer Sheva -adonde fue llevado en helicóptero-, al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
«Estoy muy contento», reconoció durante el diálogo telefónico con Netanyahu, «pero todavía hay gente esperando, prisionera en Gaza», enfatizó este israelí beduino y musulmán de 52 años, padre de once hijos.
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Durante otra charla por teléfono, en este caso con el presidente, Itzjak Herzog, Alkadi se declaró «agradecido al estado de Israel, al ejército, que vino» a Gaza a buscarlo.
Luego, le dijo al presidente: «la gente está sufriendo allí (en el territorio palestino). Hagan todo lo posible para que vuelvan a casa, trabajen las 24 horas, no duerman hasta que regresen».
La oscuridad
En sus prisiones en Gaza, los rehenes «están sufriendo de verdad, no se lo pueden imaginar», aseveró.
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Entrevistado por el New York Times, un primo de Qaid, Fayez al-Sana, dijo que el ahora ex rehén compartió algunos detalles sobre el cautiverio en uno de los túneles subterráneos de Hamas en Gaza.
«Habló de la oscuridad, de no poder ver» mientras se encontraba prisionero, reveló al-Sana. Alkadi contó también que vivió «un cautiverio muy brutal, apenas vio el sol durante ocho meses», aportó Ata Abu Medigm, un ex alcalde de Rahat.
Además de compartir con sus familiares los tristes detalles de su cautiverio en Gaza, Alkadi pudo besar a su madre y abrazar a sus hijos al llegar a casa, este miércoles.
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Según los relatos desde Rahat, el israelí beduino liberado por los comandos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) besó los pies de su madre, de 90 años, y exclamó: «ahora puedo morir tranquilo».
«Muy orgullosos de ser israelíes»
Resumiendo el sentimiento de casi todo el país, el ex primer ministro Naftali Bennett escribió en la red X (antes conocida como Twitter) que la operación llevada a cabo por los soldados de las FDI, muchos de ellos judíos, para rescatar a un compatriota árabe musulmán, refleja la esencia del país.
«Judíos, musulmanes, drusos: todos nos preocupamos por todos y cada uno de los israelíes», aseguró Bennett.
«Arriesgamos nuestras vidas por los demás, vivimos juntos, nos respetamos mutuamente, y estamos todos muy orgullosos de ser israelíes», completó.
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