El enclave dominado por el grupo islamista Hamas es nuevamente escenario de una guerra después del ataque terrorista del 7 de octubre que dejó más de 1400 muertos en el sur de Israel, sumiendo a la población civil en una pobreza todavía más profunda en Gaza… donde viven cientos de palestinos millonarios.
Así se desprende de varios reportes de prensa y de inteligencia mientras avanza la ofensiva terrestre de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Gaza, con los objetivos de desmantelar a Hamas y traer de regreso a casa a los más de 200 rehenes secuestrados por los terroristas.
«Al igual que su red de túneles subterráneos, no se puede ver desde la superficie, pero la parte inferior de la ciudad de Gaza está llena de dinero en efectivo», describió, por ejemplo, el diario económico Globes.
«Si bien Gaza es considerada una de las regiones más pobres del mundo, sus líderes disfrutan de una vida de lujo, muchos de ellos con fortunas de millones o miles de millones de dólares», añadió el artículo, firmado por Adi Tenenbaum.
El periódico israelí recordó que Gaza sufre una tasa de desempleo superior al 60 por ciento, y que el Banco Mundial señalaba en el 2022 que el PIB per cápita en el enclave palestino era en ese año de apenas 1257 dólares, «aproximadamente una cuarta parte del PIB per cápita estimado en 4.458 dólares en Cisjordania».
Esas cifras, remarcó, convierten a Gaza en «uno de los lugares más empobrecidos del mundo».
Un elemento ignorado por los comentaristas
Muchos comentaristas atribuyen el limitado crecimiento económico del enclave al bloqueo egipcio-israelí que, desde el 2007, impone restricciones a las mercancías que entran o salen de la Franja, un argumento que, «sin embargo -señaló Tenenbaum-, ignora una cuestión fundamental en Gaza: la riqueza de los dirigentes palestinos».

Globes dijo que los líderes del grupo terrorista crearon su riqueza «principalmente a través de la floreciente industria de los túneles». Los funcionarios de Hamas, agregó, imponen impuestos, en general del 20 por ciento, «a todos los bienes contrabandeados» a través de los pasadizos subterráneos.
Tenenbaum citó reportes que, ya en el 2013, señalaban que el territorio palestino vivían unos 600 millonarios, quienes «hicieron fortuna gracias a los cientos de túneles subterráneos a lo largo de la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto».
En aquel momento, un periódico árabe global, Al Monitor, que tiene su base en la ciudad de Washington, describía el comercio a través de los túneles como el factor que «dio origen a una nueva clase de ricos que lograron acumular una enorme fortuna en un corto período de tiempo».
También en el 2013, el diario israelí Haaretz citaba a un alto funcionario palestino que denunciaba que «la Franja de Gaza está llena de millonarios corruptos», no solamente por el contrabando sino también por la apropiación de ayudas internacionales.
Por su lado, un artículo del portal israelí Ynet presentó la situación económica en el territorio palestino con una imagen. «Frutos del poder: mientras la mayor parte de Gaza vive al día, Hamas obtiene ingresos de seis cifras» en dólares, apuntó el diario.
Haniyeh, lujo en Qatar y Turquía
«Utilizando criptomonedas, narcotráfico y bienes raíces», afirmó el artículo, Hamas se ocupó de asegurarse «los fondos necesarios para fortificar el enclave mientras planeaba atacar a Israel», al tiempo que prometía asistencia a la población civil «para neutralizar el escrutinio internacional».
Otro portal regional en inglés, The Arab Weekly, comentaba en febrero del 2021 que el jefe del buró político de Hamas, Ismail Haniyeh, «vive en el lujo mientras divide su tiempo entre Turquía y Qatar».
Un extenso reportaje que la revista estadounidense Forbes publicó en diciembre del 2014 ponía a Hamas como la segunda organización terrorista más rica del mundo, solamente detrás de ISIS.
Con la drástica reducción del poder del Estado Islámico tras su enfrentamiento con la coalición liderada por Estados Unidos, podría especularse que quedó en el primer lugar.
Según Forbes, en aquel momento Hamas contaba con ingresos anuales por 1000 millones de dólares, por delante de las FARC colombianas (600 millones) y Hezbollah (500 millones).
Después de tomar el poder en Gaza en el 2007, Hamas se convirtió «en una organización poderosa en menos de una década», resaltaba la revista norteamericana. El informe decía que sus principales fuentes de financiación eran los impuestos y la ayuda financiera, «especialmente de Qatar», el mismo país que organizaría el mundial de fútbol del 2022.
Criptomonedas y bienes raíces
Sin embargo, muchos analistas vienen señalando que, con el paso del tiempo, las finanzas de Hamas se hicieron mucho más sofisticadas, y no solamente con criptomonedas, un recurso que utilizan otros grupos islamistas.

Los informes aseguran que Hamas como organización y muchos de sus líderes a nivel personal se convirtieron en importantes inversores en negocios inmobiliarios en la región.
Un reporte del diario digital EsDiario, con sede en Madrid, indicó que treinta empresas «llevan décadas financiando a Hamas con lujosos negocios inmobiliarios» desarrollados con beneplácito de las autoridades locales en «países islámicos supuestamente moderados» como Turquía, Egipto, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Argelia o Sudán.
Esos negocios, añadió, «superan los 500 millones de dólares», que se suman a las ayudas que recibe la administración de Hamas en Gaza. En el paquete se cuentan 500 millones de dólares que llegan desde Qatar, 1200 millones de euros de la Unión Europea y otros 500 millones de dólares de la ONU.
En la mira del Departamento del Tesoro de EEUU
Las cifras del negocio inmobiliario de Hamas citados por EsDiario surgen de las investigaciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que viene siguiendo el rastro del dinero del grupo terrorista a través de su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés).

Por ejemplo, en mayo del 2022, la OFAC individualizó a un funcionario de finanzas de Hamas y a «una expansiva red de facilitadores» y empresas que generaron «ingresos para el grupo terrorista mediante la gestión de una cartera de inversiones internacionales».
Incluso reveló la existencia de una Oficina de Inversiones de Hamas, «cuyo liderazgo supervisa esta red» de negocios, muchos de ellos en bienes raíces.
Hamas produce «enormes sumas de ingresos a través de su cartera de inversiones secretas al tiempo que desestabiliza Gaza», donde los civiles enfrentan «duras condiciones económicas y de vida», señalaba en aquella ocasión una funcionaria de la OFAC, Elizabeth Rosenberg.
Estados Unidos, añadió, «está comprometido a negar a Hamas la capacidad de generar y mover fondos y a responsabilizar» al grupo islamista «por su papel en la promoción y ejecución de la violencia en la región».
A continuación, la OFAC presentaba un elenco de individuos y empresas enroladas en este esquema de Hamas, incluyendo a los jordanos Hisham Younis Yahia Qafisheh y Ahmed Sharif Abdallah Odeh, al palestino Usama Ali y las compañías Sidar e Itqan Real Estate.