Después de 584 días de cautividad en Gaza, el grupo terrorista palestino Hamas liberó este lunes a otro rehén, el joven israelí-estadounidense Edan Alexander, quien al regresar contó que sus secuestradores lo mantuvieron encerrado en una jaula, hambreado y esposado.
La devolución de Alexander tuvo además un fuerte contenido político, ya que se estima que su liberación fue negociada por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien el martes de esta semana inicia una gira por Medio Oriente.
A través de un comunicado, la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, aseguró que la liberación Alexander, secuestrado durante el ataque del 7 de octubre del 2023 mientas prestaba servicio militar, se concretó «sin nada a cambio».
Alexander recuperó su libertad «gracias a la enérgica política que llevamos a cabo con el respaldo del presidente Trump, y gracias a la presión militar de los soldados» de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la Franja de Gaza, añadió el mensaje.
Según el texto, Israel «no se comprometió a un cese del fuego de ningún tipo ni a la liberación de terroristas, sino sólo a un corredor seguro que permita la liberación de Edan» y que fue respetado durante varias horas por las FDI.
Ahora, las negociaciones para conseguir la liberación de los cincuenta y ocho rehenes que siguen en Gaza -más de la mitad de ellos ya habría fallecido en cautiverio- seguirán «bajo fuego», mientras avanzan los «preparativos para una intensificación de los combates», completó la oficina de Netanyahu.
Los efectos políticos de la liberación
Lamentablemente, la liberación de Alexander, impulsada de manera decidida por el gobierno de Trump, abrió una grieta en Israel, donde muchos se preguntan cómo logró el presidente norteamericano sacar de Gaza al único rehén con nacionalidad estadounidense con vida.

Por ejemplo, desde el kibutz Nir Oz, uno de los más golpeados por la invasión de los terroristas islamistas del 7/10, se declararon «profundamente conmovidos» por la salida de Edan del enclave palestino.
Se trata de «una luz en medio de la oscuridad en la que nos encontramos», celebraron desde la comunidad en la frontera con Gaza. Pero también parece decir que las vidas de los rehenes sin ciudadanía estadounidense «valen menos», lamentaron.
Ajeno a las polémicas, Alexander pasó durante la jornada de este lunes de las manos de sus captores al resguardo de una delegación de la Cruz Roja Internacional, que luego lo entregó a representantes de las FDI.
En los primeros momentos de libertad, el joven recibió una llamada telefónica de sus padres, Yael y Adi, quienes llegaron a Israel desde Estados Unidos. Poco después, Alexander se reunió con sus familiares para subirse al helicóptero militar que lo llevó hasta el Hospital Ijilov.
Enjaulado y esposado
Mientras se desarrollaba el soñado encuentro de Edan con sus padres, la emisora israelí Kan News compartió algunos detalles del relato que el joven soldado hizo sobre su cautiverio en el territorio palestino.
«Alexander estaba esposado en una jaula y sufría de falta de comida», señaló la emisora recogiendo declaraciones de Edan, quien recordó que, durante su cautiverio, «los terroristas de Hamas lo llamaban ‘el americano'».
We waited all day for this.
Edan Alexander hugs his parents for the first time 💛🥹 pic.twitter.com/CQWL1rzT3b— Aviva Klompas (@AvivaKlompas) May 12, 2025
Durante el proceso de liberación, «Alexander tuvo dificultades para caminar debido a la debilidad general» causada por haber estado esposado durante mucho tiempo, añadió el informe.
«También se supo que sufrió una importante escasez de alimentos», y que «solo en los últimos meses los terroristas le dieron más comida», completó Kan.
El domingo último, Trump había calificado la liberación de Edan Alexander como «un paso dado de buena fe hacia Estados Unidos», aunque no precisó si se ofreció algo a cambio a Hamas.
También ponderó «los esfuerzos de los mediadores, Qatar y Egipto, para poner fin a esta guerra tan brutal y devolver a todos los rehenes vivos y restos a sus seres queridos».
Antes de salir para la gira que lo lleva a Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, el presidente dijo esperar que «este sea el primero de los últimos pasos necesarios para poner fin a este brutal conflicto» entre Israel y el grupo terrorista palestino.