El grupo islamista Hezbollah finalmente pudo lanzar su acción de represalia después de una semana en la que recibió duros golpes: disparó una lluvia de 150 proyectiles sobre el norte de Israel, causando algunos daños y un muerto por un accidente de tráfico.
«Durante la noche (del sábado) y la mañana (del domingo), se lanzaron aproximadamente 150 cohetes, misiles de crucero y drones hacia territorio israelí, la mayoría de ellos dirigidos al norte», señaló un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
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«Con altas tasas de interceptación, el esfuerzo de defensa aérea de múltiples capas evitó daños significativos al frente interno», aunque «hubo un pequeño número de casos de impactos y esquirlas de la interceptación que cayeron en el frente interno», añadió el informe.
Según advirtió el comunicado, la Fuerza Aérea israelí «está preparada tanto para operaciones defensivas como ofensivas» después de la agresión del grupo islamista basado en el sur del Líbano.
Hezbollah viene de sufrir una impactante seguidilla de humillantes golpes en su territorio. El 17 y el 18 de setiembre, miles de pagers y walkie-takies usados por el grupo fundamentalista estallaron simultáneamente en el Líbano y en Siria.
Pagers y lanzacohetes
El operativo -cuya autoría las autoridades israelíes no admitieron ni rechazaron– dejó al menos treinta y siete muertos y cientos de heridos, al tiempo que demostró una enorme falla de seguridad de los líderes de Hezbollah.
Después, la aviación militar israelí destruyó un centenar de baterías lanzacohetes en el sur del Líbano y lanzó una incursión precisa en Beirut que acabó con la vida de Ibrahim Aqil y otros altos comandantes de la fuerza Radwan, una unidad de operaciones especiales del grupo.
Al anunciar los resultados de esa incursión, voceros de las FDI aseguraron que el golpe contra esa reunión de líderes islamistas permitió desbaratar los planes de Hezbollah para llevar a cabo una invasión del norte de Israel, similar a la del 7/10 contra el sur del país.
Aquel día, recordó este domingo el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, «los monstruos terroristas de Hamás irrumpieron» en el sur del país, «asesinaron a nuestro gente, violaron y decapitaron a nuestras mujeres, quemaron vivos a bebés y tomaron como rehenes a 255 personas inocentes».
Un día después, continuó, «Hezbollah atacó Israel sin ninguna provocación, dispararon misiles y cohetes contra nuestras ciudades, obligaron a 60.000 israelíes a abandonar sus hogares a lo largo de la frontera con el Líbano, convirtiéndose en refugiados en su propia tierra».
«En los meses siguientes, no dejaron de atacarnos ni un solo día», dijo Netanyahu, quien remarcó que «ningún país puede aceptar el ataque descontrolado con misiles a sus ciudades», y «nosotros tampoco podemos aceptarlo».
No country can accept the wanton rocketing of its cities. We can’t accept it either. pic.twitter.com/Gkw8ruxFsc
— Benjamin Netanyahu – בנימין נתניהו (@netanyahu) September 22, 2024
«Tomaremos todas las medidas necesarias para restablecer la seguridad y llevar a nuestra gente a salvo a sus hogares», concluyó el primer ministro.
Hospitales fortificados
A causa del ataque con cohetes de Hezbollah, el Ministerio de Salud de Israel ordenó a todos los hospitales del norte del país que pasen sus operaciones a los sectores fortificados de sus edificios.
El Ministerio de Salud ordenó el domingo a los hospitales del norte de Israel que trasladaran a los pacientes a zonas protegidas en medio del aumento del lanzamiento de cohetes de Hezbollah desde el Líbano.
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La orden afectó a centros médicos de Haifa, Safed, Nahariya, Afula, Tiberíades y Nazaret. Por ejemplo, el hospital Rambam, de Haifa, reportó el traslado de sus actividades a su estacionamiento subterráneo fortificado y que las cirugías se realizarán solo con aprobación.
En general, los centros médicos cancelaron todas sus actividades no urgentes, incluyendo operaciones electivas, señaló el ministerio en un comunicado.
