El multimillonario Elon Musk se internó en terreno peligroso en los últimos días, después de ofrecer públicamente la posibilidad de brindar servicio de internet a la Franja de Gaza en medio de la guerra entre el grupo terrorista Hamas y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Musk es dueño de la automotriz Tesla, de la compañía de servicios espaciales SpaceX y de Starlink, un sistema de satélites que orbitan muy cerca de la Tierra, a unos 550 kilómetros de la superficie del planeta.
La red de Starlink, que es operada por SpaceX, está en condiciones de brindar servicio de internet en regiones rurales y aisladas del mundo, tal como quedó el enclave palestino el viernes de la semana pasada por las acciones de las FDI en el marco de la operación Espadas de Hierro.
Cediendo ante el reclamo de sectores pro-palestinos en las redes sociales, el multimillonario sudafricano-estadounidense salió a declarar en X (también conocida como Twitter, otra de sus empresas) que había decidido aportar los beneficios de Starlink a Gaza.
«Starlink apoyará la conectividad de organizaciones de ayuda reconocidas internacionalmente en Gaza», escribió el controvertido magnate en su mensaje de Twitter.
Sin embargo, la cuestión no es tan sencilla, ni siquiera para Musk, considerado por la revista Forbes el hombre más rico del mundo en el 2023 (un puesto que últimamente disputa con el francés Bernard Arnault), gracias a los 238.000 millones de dólares en sus cuentas.
«Lo sabemos y Musk lo sabe»
En primer lugar, en Gaza opera Hamas, el grupo responsable del ataque terrorista del 7 de octubre último contra las comunidades fronterizas con Gaza, en el sur de Israel, que dejó más de 1400 muertos.
Además, se estima que un número superior a las 230 personas fueron secuestradas por miembros de la organización islamista durante la incursión y permanecen como rehenes en túneles y otros sitios «seguros» en el enclave palestino que se extiende entre Israel, Egipto y el Mediterráneo.
Desde el gobierno de Israel y de parte de la opinión pública surgieron de inmediato las protestas, porque es difícil establecer quién podría asegurar que el servicio de internet de Starlink sea utilizado solamente por organizaciones humanitarias y no por los líderes terroristas.
«Hamas lo usará para actividades terroristas -apuntó el ministro israelí de Comunicaciones, Shlomo Karhi. No hay duda, lo sabemos y Musk lo sabe».
Finalmente, la conexión a la red informática se fue recuperando en Gaza con el paso de las horas y la propuesta de Musk quedó relativamente postergada, aunque siguen adelante las negociaciones.
What part of Nazi #HamasTerrorrists don’t you get @elonmusk? They still control everything inside Gaza. Dangerous for hostages and Israeli soldiers trying to #FreeTheHostages. Please cancel. https://t.co/6XsAlsx3gW
— Simon Wiesenthal Center (@simonwiesenthal) October 29, 2023
Puntualmente, expertos del sector estiman que será muy difícil que las terminales de Starlink puedan entrar a Gaza, incluso como material de ayuda humanitaria, debido a los estrictos controles en los pasos fronterizos supervisados por las FDI y los servicios de inteligencia israelíes.
Negociaciones con el Shin Bet
De todas maneras, la prensa de Israel informó el domingo último que Musk sigue adelante con la gestión y que incluso habló con el primer ministro Benjamin Netanyahu y con Ronen Bar, el director de los servicios de espionaje internos, el Shin Bet.
«Musk habló con el jefe del Shin Bet y con el primer ministro y prometió que si activaba las comunicaciones por satélite en Gaza, lo haría únicamente por ‘necesidades humanitarias'», señaló, por ejemplo, la cadena Arutz 7.
También afirmó que tiene la intención de realizar «todos los controles de seguridad» con los gobiernos de Estados Unidos y de Israel antes de que active «ni siquiera un terminal» de Starlink, añadieron fuentes citadas por el noticiero del Canal 12.
Bar «dejó claro que Israel no permitirá ‘ninguna explotación’ de esta línea de comunicación por parte de elementos terroristas en la Franja de Gaza», añadió el informe de la emisora televisiva.