Aunque a la distancia, y sin mantener relaciones diplomáticas directas, los gobiernos de Israel y del Líbano finalmente firmaron este jueves el histórico acuerdo fronterizo que establece el borde entre los dos países en el Mediterráneo
El tratado se rubricó a través de la firma de las respectivas notas de aprobación por parte de las autoridades de Jerusalén y de Beirut del texto preparado por Estados Unidos, que actuó como mediador en el conflicto.
Para el primer ministro de Israel, Yair Lapid, el acuerdo «fortalece la seguridad» del país y su «libertad de acción» contra el grupo fundamentalista islámico Hezbollah «y las amenazas» al otro lado de la frontera norte.
Lapid fue más allá e incluso afirmó que «no todos los días un estado enemigo reconoce al estado de Israel, en un acuerdo escrito, a la vista de toda la comunidad internacional».
En efecto, Beirut no reconoce a su vecino del sur y, técnicamente, ambas naciones siguen en guerra desde 1948, cuando se creó el estado de Israel.
Desde Beirut, donde el presidente libanés, Michel Aoun, fue el encargado de firmar la nota de aprobación, el jefe de los negociadores del país árabe, Elias Bou Saab, dijo que el tratado abre «una nueva era».
«No todos los días un estado enemigo reconoce a Israel, en un acuerdo escrito, a la vista de toda la comunidad internacional»
Pero el funcionario no se refería a una eventual paz con Israel o siquiera un acercamiento al país vecino, sino a la explotación de los yacimientos de gas natural en las aguas territoriales del país en el Mediterráneo.
De hecho, para numerosos observadores, el fuerte impulso que el tratado recibió en los últimos meses tiene que ver, precisamente, por el interés de las corporaciones energéticas globales en las enormes reservas de gas en la zona.
En Washington, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que este «acuerdo histórico» servirá para «asegurar los intereses tanto de Israel como del Líbano, y sienta las bases para una región más estable y próspera».
«Estados Unidos continuará sirviendo como facilitador mientras las partes trabajan para cumplir sus compromisos e implementar este acuerdo», añadió Biden, quien el miércoles de esta semana recibió en la Casa Blanca a su colega israelí, Itzjak Herzog.
La energía, particularmente en el Mediterráneo oriental, no debe ser motivo de conflicto -concluyó el presidente norteamericano-, sino una herramienta para la cooperación, la estabilidad, la seguridad y la prosperidad».
Tras las firmas de Aoun y Lapid, los documentos fueron despachados a Naqoura, la pequeña localidad en el sur del país vecino donde tiene su sede la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (UNIFIL, por su sigla en inglés).