Las amenazas lanzadas por el régimen de Irán sobre un posible nuevo ataque contra Israel están golpeando los precios del crudo, aunque -por ahora- el negocio del petróleo en la región se mantiene relativamente estable.
Los precios del petróleo subieron el viernes último tras conocerse los informes sobre un presunto plan de Teherán para lanzar un ataque de represalia contra Israel desde Irak «en los próximos días».
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Según precisó la agencia Reuters, «la producción récord de Estados Unidos» ejerció un contrapeso sobre los precios.
En todo caso, los futuros del Brent subieron 29 centavos para situarse en 73,10 dólares el barril, mientras que el crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) ganó 23 centavos para cotizar a 69,49 dólares.
El gobierno de los ayatollahs estaría evaluando lanzar un nuevo ataque contra Israel en represalia por la humillante incursión que Irán sufrió el 26 de octubre último.
Ese día, decenas de aviones de combate de Israel anularon las defensas antiaéreas iraníes y actuaron sin problemas atacando diversas instalaciones militares del régimen de Teherán, incluyendo fábricas de misiles y de producción de combustible para cohetes.
Teherán quiere salvar la cara
Ahora, según los reportes, Irán está buscando recuperar algo de la dignidad perdida con un nuevo ataque, que -de concretarse- se sumaría a la lluvia de misiles que lanzó en abril y en octubre de este año.

Según recordó la especialista Eszter Wirth, este mercado mostraba «debilidad» desde el 2024, «con datos particularmente negativos en la Unión Europea y, sobre todo, en China», que atraviesa un proceso de desaceleración económica y la electrificación de su parque automotriz.
Datos de la Agencia Internacional de la Energía, organismo que coordina las reservas petroleras de la OCDE, señalan que la demanda china solo crecerá en 150.000 barriles diarios en el 2024, tras haber caído por cuatro meses consecutivos hasta agosto.
Listos para suplantar a Irán
La OPEP+, el cartel de los países productores de petróleo -continuó Wirth-, también recortó sus previsiones de crecimiento para la demanda de petróleo por tercer mes consecutivo, «señalando el frenazo» chino y la permanencia de tipos de interés altos a nivel mundial.
«Además, el rápido crecimiento de la producción en países no pertenecientes al cartel, como Estados Unidos, Canadá o Brasil, absorbió parte de la demanda mundial, restando cuota de mercado al primero en el último año».
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Consecuentemente, señaló la experta, ochos países de la OPEP+ (Arabia Saudita, Kuwait, Argelia, Omán, Kazajstán, Irak, Emiratos Árabes y Rusia– están restringiendo voluntariamente la extracción de crudo: «la mayoría necesita precios de al menos 80 dólares por barril para equilibrar sus saldos fiscales».
Todos estos elementos sirven para entender que, «en caso de una disrupción de la oferta iraní», Arabia Saudita y los Emiratos «podrían reemplazarla», ya que «tienen capacidad ociosa de cinco millones de barriles diarios».