Lo que podría haber sido una fiesta de confraternidad entre los pueblos terminó manchada por una larga serie de desagradables incidentes, al menos para los periodistas de Israel que viajaron al Mundial de Fútbol
La ilusión nació en junio de este año cuando el gobierno qatarí admitió -como no podía ser de otra manera- la entrada de israelíes al país durante la realización del torneo y creció al anunciarse los vuelos directos Tel Aviv-Doha. Pero, en Qatar, las cosas no iban a ser sencillas para los israelíes.
Para comenzar, Israel y Qatar no mantienen relaciones diplomáticas.
Además, a Doha llegaron cientos de iraníes para alentar a su selección (que ya se tuvo que volver a casa) y muchos otros aficionados de países árabes que no ven al estado judío con buenos ojos.
Así, la mesa estaba servida para que se sirvieran los inconvenientes. «Los periodistas y aficionados israelíes están siendo boicoteados y agredidos verbalmente por aficionados, locales y funcionarios en la Copa Mundial de la FIFA en Qatar», resumió el Jerusalem Post.
Las cosas arrancaron con el pie izquierdo, aunque en otra dimensión, cuando el periodista israelí Moav Vardi entrevistó en Doha, pocas horas antes del arranque del certamen, al cantante colombiano Maluma.
Vardi consultó al artista sobre su posición alrededor de los derechos humanos en Qatar, un tema espinoso desde que se conoció que el mundial se realizaría en el país árabe. Maluma se enojó, se fue del estudio y la historia recorrió el mundo.
El mismo periodista, uno de los más importantes del equipo de la televisora estatal Kan, volvió a estar en aprietos días después. Vardi subió a sus cuentas en las redes sociales el momento en que un aficionado saudita le gritaba en cámara.
«¡Ustedes no son bienvenidos aquí! ¡Hay solamente Palestina, no hay Israel!», exclamaba el hincha árabe en el video que el periodista de Kan publicó el 27 de noviembre.
«Nos sentimos odiados», se lamentó un enviado de la televisión israelí
En otro video que circula en las redes se puede ver a un reportero del Canal 12 de Israel entrevistando a un grupo de libaneses a la salida de un estadio, después de un partido.
Los aficionados se ponen a conversar con el periodista, pero se alejan cuando se enteran que es israelí, no sin preguntarle antes qué hacía en Qatar y opinar que «Israel no existe».
Fuera de las cámaras, situaciones similares fueron relatadas por enviados de otros medios de Israel, que compartieron con sus lectores historias de fanáticos del fútbol que se paraban a conversar pero se alejaban -algunos de manera cortés, otros no tanto- cuando se enteraban de la nacionalidad del reportero.
Hay que reconocer que hubo algunas reacciones relativamente amistosas, en particular de aficionados iraníes, pero que parecían haber llegado a Qatar desde la diáspora, no desde la nación persa.
רז שכניק, עוז מועלם
— Raz Shechnik (@RazShechnik) November 26, 2022
תשמעו, לא רצינו לכתוב את הדברים האלה. תמיד חשבנו שלא אנחנו, העיתונאים, הם הסיפור. בטח לא במפעל הכי גדול של הספורט העולמי לצד האולימפיאדה. אבל אחרי עשרה ימים בדוחא, אי אפשר שלא לחלוק אתכם את מה שעובר עלינו כאן. לא מתכוונים לייפות. אנחנו מרגישים שנואים, עטופי> pic.twitter.com/nMTApXtBWb
La historia de Vardi y el fan saudita también fue recogida alrededor del planeta, al igual que la gaffe con Maluma. Por ejemplo, el episodio fue reproducido por The Mirror, que tituló «le dicen a un reportero israelí dijo que ‘no es bienvenido en Qatar’ durante la cobertura televisiva de la Copa Mundial en vivo».
El diario británico recordó también el caso de Raz Shechnik, otro periodista israelí, cuya larga queja en las redes sociales se hizo viral.
«No queríamos escribir estas cosas, siempre pensamos que nosotros, los periodistas, no somos la historia», escribió Schechnik junto a un video que muestra las reacciones hostiles que recibió de los fanáticos cuando les informó que era israelí.
«Ciertamente no en el mayor evento deportivo mundial junto a los Juegos Olímpicos, pero después de diez días en Doha, es imposible no compartir con ustedes lo que estamos pasando aquí», continuó el enviado del periódico Yedioth Ahronoth.
Acompañando el video, Schechnik dijo que no iba a «embellecer» o disfrazar las situaciones vividas en Doha: «nos sentimos odiados», aseguró.
Un Mundial «siempre trae consigo cuestiones geopolíticas muy delicadas»
«Es un gran Mundial, verdad, pero nos vamos de aquí con muy malas sensaciones -concluyó-. Por otro lado, qué divertido será volver a nuestro país. No tenemos otro país».
Cuando se acercaba la finalización de la fase de grupos en la Copa del Mundo y se venían los octavos de final, fue un comediante, y no un periodista, el enviado israelí que sufrió el maltrato de los aficionados árabes.
לא יודע אם ראיתם כבר: מריה מעלוף עיתונאית לבנונית שעובדת בחו״ל תומכת ב @MoavVardi ואומרת ״סליחה ידידי, אל תקח ללב, אתה עושה עבודה עיתונאית וכל הכבוד״ https://t.co/EeSjwhjquz
— Fadi Amun | فادي أمون | פאדי אמון (@FadiAmun) November 28, 2022
מונדיאל, ניסיתי לעשות שלום גם עם האיראנים. pic.twitter.com/A8vLko3FQA
— גיא הוכמן (@HochmanGuy) November 27, 2022
Guy Hochman había tratado de relacionarse con fanáticos de todo el Medio Oriente, incluidos los iraníes, durante los primeros días del Mundial, y publicó videos de esos intentos con diversa fortuna.
Esos polémicos clips con aficionados árabes -algunos de ellos de dudosa gracia- calentaron el ambiente en las redes sociales, incluyendo amenazas de agresiones físicas, por lo que Hochman decidió abandonar Qatar y volver a Israel.
Algunos medios pro-palestinos incluso «demostraron» el pasado de Hochman en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), adonde por cierto la enorme mayoría de los ciudadanos cumple el servicio militar, y lo acusaron de «agente encubierto» en Qatar.
La Copa del Mundo, señaló un reporte de la agencia italiana de noticias ANSA «siempre trae consigo cuestiones geopolíticas muy delicadas, como demuestran algunas entrevistas realizadas por un periodista israelí, Moav Verdi, a algunos aficionados iraníes».
Ahora, el hecho de que los israelíes se sientan en peligro cuando hablan con personas de países árabes en territorio «neutral» explica, de paso, por qué los equipos del país no compiten en Asia y lo deben hacer en Europa.
Una duda muy habitual consultada en Google durante la segunda mitad de este año fue, precisamente, la razón por la cual Maccabi Haifa estaba participando de la Champions League, el máximo torneo del fútbol de clubes en el viejo continente.
Y los episodios de intolerancia en Qatar son una buena respuesta.