La eliminación de Ismail Haniyeh, de Hamas, en Teherán, y de Fuad Shukr, de Hezbollah, en Beirut, puso a Israel y la región del Medio Oriente en una renovada situación de conflicto cuya resolución es difícil de prever.
No es para menos: la Fuerza Aérea de Israel golpeó en el corazón de la capital libanesa para cortar la carrera de Shukr, considerado el responsable de la masacre de Majdal Shams, donde doce niños israelíes murieron mientras jugaban en un campo de fútbol.
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Al día siguiente fue el turno de Haniyeh, alcanzado por un misil o por una bomba escondida en su habitación, según las distintas versiones, mientras se encontraba de visita en Teherán para la asunción del nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian.
Israel reconoció que se encargó del jefe de Hezbollah con sus aviones de combate. Sin embargo, como ocurre en los casos de operaciones encubiertas, el gobierno de Jerusalén se mantiene en silencio sobre la explosión que terminó con la vida de Haniyeh.
De todas maneras, la mayoría de los analistas concuerda con los voceros iraníes y de Hamas, quienes apuntan al Mossad, los temibles servicios secretos exteriores israelíes, como autor de la audaz misión en Teherán.
En pocas horas, Israel eliminó al número dos de Hezbollah y Haniyeh, jefe político de Hamas, murió en la capital iraní durante un ataque que tiene todos los condimentos de una operación del Mossad o alguna agencia similar.
Es decir: un ataque en la capital libanesa y otro en la de Irán.
Una situación vergonzante para el sistema de seguridad de Irán
Más allá de las versiones sobre un misil o una bomba, o de la ayuda de un guardaespaldas iraní para llevar a cabo el operativo, lo cierto es que el asesinato Haniyeh en Teherán resultó un hecho vergonzante para el sistema de seguridad del régimen de los ayatollah.
העולם הערבי על חיסול הנייה: «החדירות המודיעינית ברורה מאוד בפעולה הזאת»https://t.co/ud8jbjD1Bh
— מעריב אונליין (@MaarivOnline) August 1, 2024
El episodio, señaló el experto Danny Citrinowicz, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (conocido por su sigla en inglés, INSS), «es visto por los dirigentes iraníes no sólo como una grave violación de la soberanía» de su país «sino también como un golpe personal» al propio presidente, ya que el líder de Hamas era su invitado para la investidura.
«Está claro que Irán no está dispuesto a ignorar este asesinato y tiene la intención de responder con firmeza a Israel», añadió el analista del INSS, que forma parte de la Universidad de Tel Aviv.
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Como quedó demostrado en la noche del 14 de abril, «Irán está dispuesto a utilizar sus capacidades» de misiles y drones contra Israel y «es probable» que lo haga una vez más.
En aquella ocasión, Israel soportó una lluvia de cientos de cohetes y drones que el régimen de Teherán disparó como represalia a un ataque previo contra su consulado en Damasco, probablemente llevado a cabo por las fuerzas de Jerusalén.
Aquella operación fue repelida por el sistema antiáreo israelí en un 99 por ciento, pero tuvo otro tipo de impacto, el de «romper una barrera psicológica», apuntó Citrinowicz. En efecto, Irán mostró que puede atacar directamente a Israel.
Según el analista, «tras la eliminación de Haniyeh, el régimen de Teherán se está preparando para otra ronda de violencia contra Israel». Pero, a pesar de la escalada, «es dudoso que Irán amplíe la campaña» y «se vea envuelto en una guerra regional», estimó Citrinowicz.
El riesgo de una escalada
Por su lado, el profesor Asher Kaufman, de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, en Estados Unidos, opinó que, al eliminar a Haniyeh y de Shukr, «el gobierno israelí demostró que está dispuesto a correr el riesgo de una escalada del conflicto hacia nuevos frentes».
Para Kaufman, se trata de «una estrategia arriesgada» donde «cualquier error de cálculo podría ser catastrófico».
El profesor de la universidad estadounidense se mostró prudente al analizar la posible reacción de Hezbollah al ataque en Beirut, aunque «no hay duda» que la organización islamista responderá».
«Las preguntas -admitió- son cómo y cuándo, y si su respuesta acercará a los adversarios un paso más a una guerra total».
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En cuanto a Haniyeh, Kaufman dijo que hay señales de que Israel le había garantizado a Qatar, el país donde residía el ahora extinto líder político de Hamas, que no lo eliminaría en su territorio.
Al parecer, un acuerdo tácito similar existía con el gobierno del presidente Erdogan, ya que Israel nunca apuntó contra Haniyeh en sus habituales visitas a Turquía.
Pero el ataque llegó en Teherán, y puso al régimen iraní en una posición embarazosa.
«El ataque -dijo Kaufman- demuestra dos cosas: la vulnerabilidad de Irán y la capacidad de Israel para llevar a cabo un ataque basándose en información precisa y tecnología superior: en cualquier caso, expone las debilidades del régimen» de Teherán.
Ahora, completó el profesor de Notre Dame, «Irán podría recurrir a sus proxies, incluido Hezbollah, o responder directamente, utilizando sus propias fuerzas desde su territorio, como lo hizo en abril».