La guerra que lanzaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra Hamas después del ataque terrorista del 7 de octubre no está hecha solamente de combates con tanques y bombas: también se lucha con el apoyo de celebridades, como la reina de belleza iraquí y la princesa judía de Netflix que llegaron al país en los últimos días.
El auge de los hechos y manifestaciones antisemitas y anti-Israel que se registra alrededor del mundo desde la invasión de octubre, que dejó 1200 muertos y decenas de secuestrados, está exigiendo una fuerte reacción en el terreno de las relaciones públicas.
Pocos días después del ataque, líderes como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, aterrizaron en Israel para expresar su solidaridad.
Desde entonces, invitados en muchas ocasiones por organizaciones pro-israelíes sin fines de lucro, llegaron muchos famosos, desde el filósofo francés Bernard-Henri Lévy a mediados de octubre hasta el comediante estadounidense Jerry Seinfeld en diciembre.
Todos tuvieron la oportunidad de reunirse con familiares de los rehenes en manos de Hamas y algunos hasta se aventuraron al territorio de Gaza para saludar a las tropas israelíes, como la actriz estadounidense Debra Messing.
Hasta el enclave palestino se cruzó también un personaje improbable, la empresaria estadounidense, nacida en Moscú, Julia Haart, famosa por su reality show My Unorthodox Life.
Con casco, chaleco antibalas y gafas a la moda
El programa se subió a la ola creada por la miniserie Unorthodox, protagonizada por la actriz israelí Shira Haas, que cuenta la historia de una joven que abandona su comunidad ultra-religiosa y se aventura al mundo laico, con su correspondiente shock cultural.
Haart hace algo parecido, pero en un tono mucho más liviano y alrededor de su lujosa vida de madre y empresaria del sector de la moda.
A pesar de la liviandad de su personaje televisivo, a Julia se la pudo ver, con su casco y chaleco antibalas, aventurándose sin miedo en la Franja de Gaza, grabando con su teléfono celular en medio de los disparos.
En el video aparece una joven capitana del ejército israelí que protege a la celebridad «invitada» y se toma unos minutos para explicarle la situación.
Luego, la estrella de Netflix acompaña a los soldados a una de las casas capturadas por las tropas de las FDI.
«Estoy parada en la terraza de una casa (en Gaza) donde vivían chicos, una familia -relata Haart-. ¿Saben qué más había? Armas, pistolas, misiles», se responde la empresaria.
Julia fue entrevistada por varios medios israelíes. Durante una nota televisiva, apuntó duramente contra las organizaciones feministas que se olvidaron de expresar su repudio a las agresiones sexuales sufridas por las víctimas de Hamas durante el ataque del 7 de octubre.
«El que apoya a Hamas apoya a un grupo que dice que las mujeres tienen que tener un montón de bebés desde la adolescencia, sin ninguna autonomía» de los varones, protestó la diseñadora.
Julia y Sarah
La cuestión de las agresiones a mujeres y del estado de la población femenina en los países musulmanes más extremistas es un elemento central en el discurso de otra famosa que visitó Israel, en los mismos días en los que Haart pasó por el país.
Se trata de una vieja conocida, Sarah Idan, la ex reina de belleza iraquí cuya imagen explotó de manera viral en el 2017 cuando participaba del Miss Universo en Las Vegas. Sarah no tuvo mejor idea que tomarse una selfie con su colega de Israel, Adar Gandelsman.
La foto, un gesto lleno de ternura y esperanza, se convirtió en una sentencia para Sarah, que quedó en el medio de una catarata de odio desde Irak y otros países árabes y debió abandonar Bagdad junto a su familia.
Idan vive ahora en Estados Unidos y hasta se lanzó en una carrera hacia el Congreso norteamericano. Es una firme sostenedora de Israel y finalmente llegó para conocer en primera persona las marcas que dejaron las crueldades cometidas el 7/10 por los agentes de Hamas.
A fines de diciembre, Sarah visitó el kibutz Kfar Aza, cerca de la frontera con el territorio palestino que era gobernado por Hamas y uno de los principales blancos del ataque.
«Un lugar donde el horror desgarrador de la infiltración de Hamas terminó en una masacre de familias israelíes inocentes en sus propios hogares», describió la ex reina de belleza.
«Un inquietante silencio de tragedia»
Sarah confesó que quedó «en shock y sin palabras» frente a las señales de la violencia del grupo islamista. «Nunca en mi vida, ni siquiera en medio del terror de ISIS, había visto semejante barbaridad: lo que alguna vez fue una comunidad vibrante ahora resuena con un inquietante silencio de tragedia», comentó en Instagram.
También Sarah fue entrevistada por la prensa israelí y compartió fotografías de sus recorridos a través de las redes sociales.
«No me importa cuál sea tu religión, si tu Dios te permite hacer esto en su nombre, entonces tu Dios está equivocado», señaló, por ejemplo, en un post en X, la red antes conocida como Twitter.
«Mi mente todavía está traumatizada por la escena (en Kfar Aza), el olor de los cadáveres: vergüenza para quienes fingen que la masacre no ocurrió», protestó la ex reina de belleza.
Idan dejó en claro hace rato que no es solamente una cara bonita. De hecho, muchas semanas antes de que el New York Times le dedicara un muy comentado reportaje a las agresiones sexuales de Hamas durante el ataque del 7/10, Sarah explicó con claridad las raíces de ese odio.
Apenas horas después de la invasión, Sarah comentó en Instagram las imágenes que mostraban el triste final de Shani Louk, la joven tatuadora alemana-israelí secuestrada por Hamas y cuyo cuerpo destrozado fue exhibido en el piso de una camioneta que recorría Gaza.
Eso no es «liberar a Palestina»
Mirando el video junto a una amiga, «sabíamos exactamente por qué» los militantes del grupo palestino se ensañaron con Shani y con tantas otras mujeres.
«Porque sabemos cómo son los islamistas en nuestra cultura: deshumanizan inmediatamente a cualquier mujer que se atreva a mostrar algo de piel», explicó en aquel momento Idan.
La activista señaló ahora que viajó a Israel porque «quiero que vean el horror» que hizo estallar la guerra en Gaza. Y remarcar que «matar a familias inocentes y quemarlas vivas no es liberar a Palestina, es terrorismo».