Alrededor de cincuenta sobrevivientes del Holocausto de Europa oriental pudieron finalmente celebrar su bat o bar mitzvá, nada menos que en la zona del Muro de los Lamentos, en el corazón de la ciudad vieja de Jerusalén
«Setenta y siete años después», los sobrevivientes «que no tuvieron el privilegio de celebrar debido a los horrores del Holocausto» pudieron hacerlo el jueves de la semana pasada, destacó desde sus redes sociales la Fundación del Patrimonio del Muro de los Lamentos.
El evento que se llevó a cabo en la semana en que se observó un nuevo Iom Hashoá, «incluyó una conmovedora ceremonia de encendido de velas» en memoria de «los que no pudieron mudarse a Israel y llegar a Jerusalén y al Muro Occidental», añadió la fundación.
«Gracias por el honor que nos están dando hoy, no pensamos que llegaríamos a este momento«, afirmó Malka, una sobreviviente ucraniana del Holocausto que pudo tener su bat mitzvá en Jerusalén. «Tenemos un país pequeño con un corazón enorme», añadió.

Los bnei y banot mitzvá, que rezaron frente al Kotel y recorrieron los túneles arqueológicos del área, fueron recibidos por el rabino del Muro Occidental, Shmuel Rabinowitz, y por el director de Lijiot BeKavod -una organización que asiste a sobrevivientes del Holocausto-, el rabino Erez Karlnshtein.
A mediados de abril, también en el Muro de los Lamentos, había sido el turno de un grupo de huérfanos ucranianos refugiados de celebrar su bar mitzvá.
Los jóvenes, de 13 años, habían llegado a Israel desde un orfanato en Zhitomir, cerca de Kiev, y formaron parte de una ceremonia anual de bar mitzvá para niños huérfanos organizado por Jabad Luvabitch.