Especialistas en asuntos del Holocausto afirman que el entonces primer ministro de Israel, David Ben-Gurion, ordenó a los agentes del Mossad que en mayo de 1960 atraparon al criminal de guerra nazi Adolf Eichmann en Buenos Aires que no hicieran lo mismo con otro jerarca alemán, Josef Mengele
Según los expertos, si bien Ben-Gurion estaba más que satisfecho con la captura de Eichmann y se preparaba para impulsar un juicio histórico en Jerusalén, el primer ministro no quería convertir al Israel en «un basural de criminales de guerra».
La revelación surgió durante un panel organizado en Londres por un grupo que ayuda a sobrevivientes del Holocausto en Gran Bretaña, la Association of Jewish Refugees (AJR), y la 3GNY, una organización de nietos de víctimas del genocidio nazi.
Una de las participantes del panel fue la abogada Tamar Hausner-Raveh, hija de Gideon Hausnere, el jefe del equipo de fiscales en el juicio por crímenes de guerra contra Eichmann en Jerusalén, en 1961.
Ben-Gurion estaba más que satisfecho con la captura de Eichmann y no quería traer más asesinos a Israel
También tomaron parte del evento el abogado James Libson, especialista en temas jurídicos relacionados con el Holocausto, y el ex espía israelí Avner Avraham, experto en la operación que culminó con el secuestro de Eichmann en Argentina.
En un momento de la conferencia, realizada el domingo último precisamente para marcar el sexagésimo aniversario del inicio del juicio a Eichmann, los panelistas recordaron que el principal objetivo de Ben-Gurion era capturar a algún importante criminal de guerra nazi para poder organizar un juicio público durante el cual sobrevivientes pudieran finalmente presentar ante el mundo sus terribles experiencias.
De hecho, muchos expertos señalan que al gobierno israelí le hubiera interesado cualquier jerarca de importancia en el mecanismo del genocidio, y que fue Ben-Gurion quien finalmente se inclinó por la captura de Eichmann, quien vivía bajo el seudónimo Ricardo Clement en Buenos Aires.
En ese sentido, agentes del Mossad le habrían informado al primer ministro que contaban también con información sobre el paradero de Mengele, quien también se escondía en Argentina, y a quien podían intentar secuestrar para llevar a Israel para ser enjuiciado.
Una periodista del semanario británico Jewish News, Jenni Frazer, que cubrió el evento organizado por la AJR y 3GNY, afirmó que, durante el panel, los expertos señalaron que Ben-Gurion desechó la idea.
Frazer no indica en el artículo cuál de los panelistas pronunció el comentario, pero escribió que «Ben-Gurion se había negado a permitir que el Mossad llevara a Mengele a Israel ‘porque no quería que el país de apenas doce años se convirtiera en un basural de criminales de guerra'».
Agentes del Mossad esperaron en Chile las órdenes para detener a Mengele, pero nunca llegaron
En octubre del 2018, el ex espía Avraham había dicho durante una serie de conferencias en Estados Unidos que, en efecto, Ben-Gurion descartó la posibilidad de capturar a Mengele -un médico conocido por sus aberrantes experimentos con prisioneros del campo de concentración de Auschwitz-, pero por motivos de seguridad.
«Ben-Gurion sabía que quería hacer un gran juicio para contar la historia del Holocausto, sin importar quién estuviera en la caja de cristal», dijo en aquel momento Avraham, en referencia al cubículo blindado desde el cual Eichmann participó del juicio.
Avraham contó que agentes del Mossad permanecieron en Chile a la espera de órdenes para detener a Mengele, las cuales nunca llegaron. Para entonces, Ben-Gurion ya había anunciado al mundo que Israel tenía a Eichmann y prefirió no arriesgar la seguridad de los agentes, que ahora ya no podrían pasar desapercibidos en América del Sur, añadió.
Eichmann, un alto oficial de las SS y entre los principales organizadores del Holocausto, fue sentenciado a muerte en diciembre de 1961, colgado en junio de 1962 en la prisión de Ramle y sus cenizas esparcidas en el Mediterráneo, fuera de las aguas territoriales de Israel.