Las elecciones de este martes concluyeron en calma en Israel y se abre ahora el periodo de negociaciones para formar gobierno, con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, cerca de una eventual coalición de 61 escaños que le permita lograrlo
Según las encuestas a boca de urna, el Likud, el partido de Netanyahu, obtuvo entre 29 y 30 bancas para la Knesset, el parlamento unicameral de 120 asientos.

La prensa israelí señaló que, si se les suman las bancas conseguidas por los partidos religiosos y por Yamina, la formación de derecha del ex ministro Naftali Bennett, Netanyahu estaría llegando a una coalición de entre 59 y 60 escaños en el parlamento, en el umbral de una alianza suficiente para formar gobierno.
Los medios destacaron también una caída en la afluencia a las urnas, con poco más de cuatro millones que fueron a emitir su voto, lo que representa un 60,9 por ciento de las personas en condiciones de sufragar, una caída del 4,7 por ciento respecto de las elecciones anteriores.
Apenas sean claros, oficiales y finales, los resultados serán presentados al presidente de Israel, Reuven Rivlin, quien deberá elegir al candidato en mejores condiciones para armar un gabinete.

De acuerdo con la ley, los resultados serán presentado a Rivlin por el presidente del Comité Central de Elecciones, el juez de la Corte Suprema Uzi Fogelman, ocho días después de la jornada electoral.
En base a ese calendario, se espera que Fogelman consigne los resultados a Rivlin el miércoles 31 de marzo.
Luego, el presidente tiene siete días para celebrar consultas, tomar una decisión y encomendar a un miembro de la Knesset la formación de un gobierno, a más tardar el 7 de abril, aunque podría ser antes.