El judoka iraní Saeid Mollaei, campeón del mundo en el 2018 y actualmente exiliado en Alemania, llegó a Tel Aviv para competir en el Grand Slam, aunque bajo otra bandera, se quedó con una medalla de plata y se enamoró de Israel
Mollaei fue noticia internacional en agosto del 2019 durante el Campeonato Mundial de Judo en Tokio, la capital de Japón, cuando los responsables del equipo de Irán le exigieron que perdiera a propósito en la semifinal contra el belga Mathias Casse.
¿La razón? en la categoría de Mollaei, medio peso medio (hasta 81 kilos), el israelí Sagi Muki se perfilaba como favorito para la final. Y es sabido que las autoridades deportivas de Teherán hacen todo lo posible para evitar enfrentar atletas israelíes en los certámenes internacionales.
Según los reportes de prensa del momento, dirigentes iraníes incluso amenazaron a su familia, por lo que Mollaei decidió «perder» con el judoka belga.
Después de ese episodio, el iraní se exilió en Alemania y ahora compite bajo la bandera de Mongolia. En todo este tiempo, Mollaei destacó todas las veces que pudo la amistad que forjó con Muki, y decidió que no podía perderse el campeonato que se disputó en Israel entre el jueves y el sábado últimos.
En Israel, fueron todas demostraciones de afecto para el iraní, desde la bienvenida que le dio el propio presidente de la federación de judo israelí, Moshe Ponte, a las ovaciones que recibió en el estadio donde se celebraron las peleas del Grand Slam.
Al final, aunque llegaba entre los favoritos, Mollaei perdió en la final con el uzbeko Sharofiddin Boltaboev y se tuvo que conformar con la medalla de plata. Aunque se llevó el amor de los israelíes y una gran repercusión en los medios informativos que cubrieron paso a paso su visita a Tel Aviv.
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— sagi muki (@sagimuki) February 15, 2021
«Hace diez años, incluso cuatro, si me preguntaban sobre la posibilidad de competir en Israel, ya se sabía la respuesta: hubiera dicho que no seria posible», comentó Mollaei en una entrevista con el website de la Federación Internacional de Judo.
«Cuando aterrizamos en el aeropuerto Ben Gurion -continuó el campeón-, le dije a mi entrenador: ‘Estamos en Israel y no es un sueño, estamos despiertos, esto es algo nuevo‘».
Apenas llegado al país, Mollaei se puso a entrenar con el equipo israelí, tal como había solicitado. Su amigo Muki ya lo había «recibido» en Twitter, con una fotografía y un mensaje que resumía todo: «bienvenido hermano».
Sobre su experiencia en Israel, el iraní sintetizó: «esto es algo que nunca olvidaré».