A fines de setiembre pasado, en ocasión de la llegada de Rosh Hashaná, el año nuevo judío, la oficina de estadísticas israelí informó que la población del país se ubica en alrededor de 9,6 millones de personas
¡El número redondo se acerca! ¿Cuándo llegará a 10 millones de personas la población de Israel?
Según el mismo reporte de la Oficina Central de Estadísticas, ese hito se alcanzará dentro de muy poco, en el 2024. Más adelante, se espera que Israel marque 15 millones de habitantes en el 2048, cuando el país celebrará su primer centenario, y 20 millones en el 2065.
Hay varias tendencias que impulsan el crecimiento del número de israelíes, empezando por las altas tasas de fertilidad. En efecto, las mujeres del país tienen una excepcional marca de más de tres nacimientos: 3,01 según números del 2019 y 3,1 según cifras del 2015.
(La revista británica The Economist colocó ese indicador en 2,9 en una investigación actualizada que publicó en agosto de este año).
En cualquier caso es, por lejos, el índice más alto entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde su seguidor más cercano, México, tiene «apenas» 2,1… Es decir «un bebé» menos por mujer.

En Estados Unidos, por poner una medida entre los países desarrollados, marca 1,8, tomando los números del 2015 de la OCDE citados en un estudio del Centro Taub para Estudios Sociales de Israel.
Se espera que para el primer centenario, en el 2048, Israel llegue a los 15 millones de habitantes
Para poner los números en una perspectiva histórica -señala el reporte-, entre los países occidentales «la fertilidad llegó a 3,1 en Estados Unidos hacia el final del ‘baby boom’ a mediados de la década de 1960, en Italia en 1931, en Alemania en 1914 y en Francia en 1889».
De hecho, la fertilidad de Israel no es solamente inusualmente alta entre los países desarrollados, sino que también es más elevada que las tasas en las economías emergentes.
«A pesar de la magnitud de las diferencias en otras áreas, incluido el PIB, la fertilidad de Israel es más similar a la de sus vecinos geográficos directos: Egipto y Siria», apuntó el estudio del Taub.
Los expertos del centro de estudios israelí señalaron que, a menudo, «la gente suele mencionar dos factores que fomentan la alta fecundidad» en el país: el aspecto cultural, «que está anclado en la experiencia histórica del pueblo judío», y las políticas nacionales que facilitan a las mujeres «el equilibrio entre el trabajo y la familia».

Sin embargo, apuntan en el reporte, «estos argumentos son menos convincentes cuando comparamos a los judíos de Israel con sus contrapartes en otros lugares».
«Aunque comparten la misma historia, la fecundidad entre los judíos de todos los demás países desarrollados es considerablemente más baja«, incluso entre los que viven en Europa, «donde las políticas de asistencia social son más generosas que en Israel».
Otro argumento común a la hora de explicar este fenómeno señala a ciertas partes de la población, como las mujeres haredi (ultra-ortodoxas), «que tienen muchos hijos», recuerda el estudio del Taub.
Los números no mienten: la tasa de fertilidad de las mujeres haredi es muy alta, de alrededor de siete hijos por mujer, pero «el aumento de la fecundidad de Israel en las últimas dos décadas ha sido impulsado en gran medida por las poblaciones judías seculares y tradicionales».
Según los datos recogidos por los expertos del Centro Taub, la tasa de fecundidad combinada de esas mujeres israelíes no ultra-ortodoxas es superior a 2,2 hijos, que es en sí misma un indicador más alto que el general de cualquier otro país de la OCDE.

Estas cifras, además, compensan la caída de la tasa de fertilidad entre las mujeres israelíes árabes, que viene siguiendo las tendencias similares del resto del mundo desarrollado, «disminuyendo significativamente desde la década de 1960».
«En diez años la mayoría de los judíos del mundo vivirán en Israel»
¿La razón? estas israelíes tienen un nivel educativo y laboral mucho más avanzado que las mujeres de los países árabes, lo que las lleva a formar familias con más bienestar económico y que eligen cuántos niños van a tener.
Con gran sinceridad, los autores del informe admitieron que, «en gran medida, las razones detrás de las tendencias de fertilidad de Israel siguen siendo un misterio».
Además de ese «misterio» de la alta fertilidad, otro factor que hace crecer la población israelí es la inmigración, en especial la de los judíos que llegan al país gracias a la Ley del Retorno a la tierra ancestral.
Entrevistado por el portal de noticias israelí Ynet, un reconocido experto en la demografía de las comunidades hebreas en todo el mundo, Sergio Della Pergola, afirmó que «en diez años la mayoría de los judíos del mundo vivirán en Israel».

«Casi todas las comunidades judías del mundo se están reduciendo de manera gradual o se mantienen estables –dijo Della Pergola-. Pero hay un lugar en el que existe un aumento constante en la cantidad de judíos: Israel».
El mismo informe presentado por el Censo israelí para Rosh Hashaná mostró que en el mundo viven unos 15,3 millones de judíos, un número algo más elevado que los 15,2 millones reportados en el 2021.
De todos ellos, 7.069.000 viven en Israel y seis millones en Estados Unidos. La lista sigue con Francia (442.000), Canadá (394.000), Gran Bretaña (292.000), Argentina (173.000), Rusia (145.000), Australia (118.200) y Alemania (118.000).
En Israel, junto a los algo más de siete millones de judíos, que conforman el 74 por ciento de la población, viven 2.026.000 ciudadanos árabes (21 por ciento del total).