Las conmovedoras escenas que llegaron a fines del 2021 desde el aeropuerto de Kabul, adonde miles de personas buscaban desesperadamente escapar del país, trajeron a la memoria imágenes similares de Saigón en 1975, cuando las fuerzas de Estados Unidos abandonaron Vietnam
A más de cuatro décadas, y después de conocerse las historias de refugiados afganos rescatados por organizaciones judías, se puede recordar también la llegada de unos 360 desplazados vietnamitas a Israel entre 1977 y 1979.
Todo comenzó en 1977, mientras continuaba el éxodo de cientos de familias del «bando perdedor» en la guerra de Vietnam, quienes escapaban del país en botes en busca de futuro y seguridad tras el ascenso al poder del gobierno comunista.
Uno de esos tantos botes se topó, el 10 de junio de 1977, con un buque de carga israelí, el «Yuvali». Los cansados pasajeros del bote habían pedido ayuda a barcos de Panamá, Noruega y Japón, pero fueron ignorados.
En cambio, el capitán del «Yuvali», Meir Tadmor, se acercó a la pequeña embarcación para atender el llamado de ayuda. En un primer momento, Tadmor -cuyo barco se encontraba en el Mar de la China, cerca de las costas de Vietnam- pensó en brindarles agua y alimentos y seguir su ruta original hacia un puerto japonés.
Todo empezó el 10 de junio de 1977 a bordo del buque carguero israelí «Yuvali»
«Nos encontramos con un pequeño bote de pesca, con unas pocas personas en la cubierta, pidiendo comida y agua«, recordaría muchos años después el jefe de ingenieros del buque israelí.
«Paramos el barco y, en un primer momento, pensamos en darles lo que pedían, comida y agua, pero luego subió a cubierta una mujer con un pequeño bebé en las manos, y nos dijo que eran refugiados vietnamitas«, continuó el marino, citado en un artículo del instituto Jewish Policy Center.
Fue en ese momento en que los oficiales del barco israelí «decidimos subirlos a todos a bordo», rememoró el ingeniero. «Su líder -continuó- era el único que hablaba inglés, una persona muy agradable, estaba con la familia: esposa, hijo, hermana de la esposa y padres».
«Los cuidamos, les dimos comida» y lugar para dormir, completó.
Fue una de las primeras medidas que tomó Menahem Begin después de asumir como primer ministro de Israel
Se trataba de sesenta y seis vietnamitas desplazados por la guerra, hombres y mujeres de todas las edades, y niños. El «Yuvali» intentó desembarcarlos en Hong Kong, adonde se habían desviado para buscar una solución para los refugiados, pero fueron rechazados.
Luego probaron en Taiwán, pero el resultado fue el mismo. El problema principal: los desplazados ya no tenían ciudadanía legal.
Finalmente, el capitán Tadmor se comunicó con su gobierno para pedir instrucciones. El entonces primer ministro, Menahem Begin, quien había asumido el poder en esos días, tomó entonces una de sus primeras decisiones: conceder a los vietnamitas la ciudadanía israelí.
Con ese «problema» resuelto, Taiwán aceptó a los refugiados, les dio alojamiento y los alimentó hasta que estuvieron listos para volar a su nuevo país. El entonces ministro de Absorción e Inmigración, David Levy, los recibió en el aeropuerto de Tel Aviv.
Fueron los primeros de los alrededor de 360 desplazados vietnamitas que, en total, llegarían a Israel como parte del gesto humanitario del gobierno de Begin, y de buena voluntad política hacia Estados Unidos.
Los refugiados vietnamitas recibieron la ciudadanía israelí y los mismos beneficios que otros inmigrantes
La historia de los inmigrantes vietnamitas volvió a llamar la atención de los medios en Israel en el 2015, cuando se debatía en el país la posibilidad de recibir algunos de los refugiados que escapaban de la guerra en Siria, algo que finalmente no ocurrió.
Días atrás, después de la reunión del primer ministro Naftali Bennett con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el 27 de agosto en Washington, un diario israelí afirmó que el gobierno de Jerusalén está estudiando ofrecer a los norteamericanos ayuda para transportar refugiados afganos.
Las fuentes citadas en el reporte aclararon que Israel no traerá desplazados afganos al país, sino que colaboraría en el traslado aéreo de los refugiados estacionados en bases militares estadounidenses en Qatar y Kuwait hacia terceros países de reasentamiento.
El caso de los vietnamitas fue muy distinto, ya que aquellos desplazados se instalaron en el país, adonde recibieron prácticamente los mismos beneficios que cualquier otro ciudadano inmigrante.
La mayoría se alojó en un primer momento en la ciudad de Sderot, pero muchos luego se fueron moviendo por el país. Algunos terminaron por mudarse a Estados Unidos o a Europa, para reunirse con otros miembros de sus familias extendidas.
En el 2015, un informe del periódico Times of Israel reconoció que hay poca información sobre el destino de aquellos inmigrantes. Al parecer, quedarían en el país apenas un centenar, incluyendo a los hijos de los refugiados.
La reportera del diario escribió que ninguna persona de la comunidad aceptó hablar sobre su situación.
La hija de una de las parejas de refugiados es ahora una famosa figura de la nueva poesía israelí
Quienes se quedaron en el país están satisfechos con haber salvado sus vidas, y sus hijos hablan hebreo como su lengua natural y prefieren mantenerse al margen de los debates y ser israelíes comunes y silvestres.
Sin embargo, la hija de una de esas familias, Vaan Nguyen, de 39 años, se convirtió en una de las más interesantes figuras de la poesía israelí, además de actriz.
Ella tampoco quiso hablar sobre el periplo de su familia, pero algunos detalles de su vida se pueden conocer en el documental «The Journey of Vaan Nguyen», del director israelí Duki Dror.
En la película se puede ver a la poetisa viajar a Vietnam junto a su padre, para intentar -en vano- reclamar unas tierras que pertenecían a su familia antes de la instalación del gobierno comunista.
Según el sumario del filme, se trata de la historia de una mujer «atrapada entre su salvaje y tormentoso espíritu israelí y las expectativas de ser una vietnamita modesta y obediente en casa».
Algo no muy diferente de las miles de historias que se viven en todo Israel, más allá del país de origen.