El presidente de Israel, Itzjak Herzog, compartió este miércoles el iftar, la comida que concluye el ayuno diario en el mes del Ramadan musulmán, y llamó a la convivencia entre las religiones en el país
«Cuando derribamos los muros de separación, miedo y alienación, y cuando nos encontramos cara a cara, de repente descubrimos que no somos tan diferentes«, dijo Herzog durante la cena organizada en la casa presidencial, en Jerusalén.
De esa manera, continuó, «aprendemos a respetar la cultura, los valores y las costumbres de los miembros de otras religiones, descubrimos que la distancia entre nosotros es solo la de una mano extendida».
La ceremonia comenzó con una plegaria recitada por el sheikh Jamal Obara y contó con la presencia de diplomáticos de varias embajadas de países islámicos en Israel, como Egipto, Jordania, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos y Marruecos.
También participaron miembros de la Knesset -entre ellos Mansour Abbas, líder del partido islámico Ra’am, que forma parte de la coalición que sostiene al gobierno-, imanes, alcaldes y jefes de autoridades municipales, junto a activistas sociales, periodistas y representantes de las fuerzas de seguridad.
Herzog consideró «un gran honor» recibir a estos representantes del mundo árabe «como presidente del pueblo israelí, presidente de los ciudadanos musulmanes, judíos, cristianos, drusos y circasianos de Israel, miembros de todas las religiones y todas las comunidades».
«Debemos crear más y más encuentros de este tipo en la sociedad israelí», propuso el presidente, quien también pidió «fortalecer el estudio del árabe y del hebreo en todos los niveles de la educación estatal y abrir una ventana para que los niños israelíes estudien la rica cultura de los miembros de otras religiones».