En la misma jornada en que se celebró un nuevo aniversario de la reunificación de Jerusalén, en el país se recordó también el trágico costo humano del éxodo de los judíos etíopes hacia Israel, en un trayecto a pie por Sudán que se cobró la vida de alrededor de cuatro mil personas
«¿Quién sabía que el precio de esa travesía sería tan alto, tan difícil de soportar?», se preguntó este domingo la ministra de Inmigración de Israel, Pnina Tamano Shata, quien llegó a Israel en 1984, precisamente como parte de ese éxodo.
A pesar de los costos, «nuestros padres no preguntaron, ellos creyeron» en el viaje a Israel, continuó la ministra durante la ceremonia central para recordar a quienes no pudieron llegar al país, que se llevó a cabo en el Monte Herzl, en la capital.
«Nuestros abuelos -aseguró- no lo dudaron, corrieron a Jerusalén, con la esperanza de llegar a verla«.
מדינת ישראל מתייחדת היום עם זיכרם של יהודי אתיופיה שניספו בדרכם לישראל, ולא זכו להגשים את כמיהתם. הם, אשר עבורם המסע לארץ ישראל, עליה שמעו, חלמו והתפללו שנים רבות, הסתיים מוקדם מדי. מסע של אלפי קילומטרים של נדודים, אל ארץ רחוקה - אך אהובה, מסע מארץ הולדת לארץ מולדת. pic.twitter.com/I0ylASu6tw
— יצחק הרצוג Isaac Herzog (@Isaac_Herzog) May 29, 2022
Entre 1979 y 1990, el gobierno de Israel organizó varias operaciones de transporte para traer a judíos etíopes al país a través de Sudán. Se estima que unas 4.000 personas murieron en los viajes, en general realizado a pie, que emprendieron para escapar de la guerra civil y la hambruna.
A través de misiones que a menudo incluyeron el trabajo de espías y enfrentamientos con bandas armadas locales (situaciones que inspiraron el filme «The Red Sea Diving Resort», conocido también como «Operación Hermanos», del 2019), miles de judíos etíopes fueron lentamente evacuados hacia Israel.
Muchos de ellos perecieron en el camino o en los campamentos sudaneses -a menudo carecientes de buenas condiciones sanitarias- donde eran alojados mientras esperaban a los aviones de la Fuerza Aérea de Israel (FAI).
«Nuestros abuelos no lo dudaron, corrieron a Jerusalén, con la esperanza de llegar a verla»
El punto culminante del plan se registró entre 1984 y 1985 con la Operación Moisés, que llevó a unos 8.000 judíos de Etiopía desde los campos en Sudán a a Israel a bordo de unos treinta vuelos vía Bruselas.
Luego, en mayo de 1991, llegó el momento de la Operación Salomón, cuando treinta y cinco vuelos sin escalas de aviones israelíes, incluidos C-130 de la FAI y Boeing 747 de El Al, transportaron a 14.325 judíos etíopes a Israel en apenas 36 horas.
Operation Moses, the courageous rescue of 8,000 Ethiopian Jews, took place over seven weeks beginning in November 1984. Dozens of flights filled to capacity secretly airlifted them home to Israel. Family reunited. pic.twitter.com/DkN3SfUuTX
— Avi Kaner ابراهيم אבי (@AviKaner) December 3, 2020
Entre todos esos esperanzados migrantes estaba Asher Maharato, quien compartió su historia, de cuando era pequeño, ante los funcionarios israelíes y líderes de la comunidad etíope que se reunieron en el Monte Herzl.
Asher contó que sus padres no se pusieron de acuerdo sobre la idea de emigrar a Israel, por lo que tuvo que emprender el recorrido solamente con su madre y sus hermanos.
Una vez que llegaron al campo de refugiados de Um Rakuba, en Sudán, su madre se debilitó y tuvo que ser hospitalizada, relató el diario Times of Israel, que recogió el testimonio de Maharato.
«Mi madre fuerte y optimista se convirtió en un recipiente roto que no podía continuar con nosotros -recordó Asher-. Sus últimas palabras para mí fueron, nuevamente, ‘cuida de tus hermanos'», completó el joven israelí.
«No vamos a dejar a nadie atrás», prometió la ministra de Inmigración y Absorción
La ceremonia del domingo -de la que participaron también el presidente de Israel, Itzjak Herzog, y el primer ministro, Naftali Bennett- se realizó en el monumento del Monte Herzl donde están inscriptos los nombres de unas 1.700 personas que murieron en el trayecto a los campamentos de Sudán.
Cada año se agregan más nombres al monumento y, si bien es probable que muchos permanezcan en el olvido, Tamano Shata afirmó que su ministerio sigue trabajando para recopilar más información y, además, en un programa para asistir a las familias de los fallecidos durante el éxodo.
«Como ministra de Inmigración, ninguna decisión ha sido más importante para mí que la de crear docenas de espacios conmemorativos en todo el país para recordar a los judíos de Etiopía que murieron en el camino», aseguró Tamano Shata.
«Otra decisión importante -añadió- fue crear un equipo para organizar la asistencia a las familias de los caídos y continuar presentando la historia del viaje y la de los que lo lograron».
Según datos del 2020, alrededor de 160.500 israelíes nacieron en Etiopía o son de origen etíope. El proceso de inmigración continúa, y -por ejemplo- se espera la llegada de otros 340 judíos de Etiopía en los primeros días de junio.
«No vamos a dejar a nadie atrás», prometió Tamano Shata en referencia a los alrededor de 3.000 judíos que esperan ser transportados a Israel en campamentos de tránsito en Addis Abeba y en Gondar.