Los esfuerzos de los bomberos y de las fuerzas de seguridad de Israel contra los incendios que están asolando los alrededores de Jerusalén, y que arrasaron ya más de 4.000 acres de terrenos forestales, se están moviendo «en dirección positiva»
Así lo afirmó el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, quien -de todas maneras- advirtió que «el fuego y los vientos tienen una dinámica caprichosa y lo que ahora parece estar bien podría, en otras tres horas, Dios no lo quiera, despertarnos con una línea muy fuerte» de incendios.
Hablando este domingo después de reunirse con los jefes de la Policía y del Servicio de Fuego y Rescate, Bennett afirmó: «parece que los esfuerzos por controlar el fuego van en una dirección positiva, pero hay que decir que no se acaba hasta que se acaba«.
Según los reportes del lunes por la mañana, hora de Israel, los bomberos trabajaron toda la noche para contener los cinco principales focos de incendios que rodean a la capital de Israel, donde al menos 3.100 residentes debieron ser evacuados.
«Estamos llevando a cabo rotación de personal para seguir adelante con las acciones» contra los incendios y «refrescar a los equipos que están combatiendo valientemente el fuego desde el domingo por la tarde», dijo el comandante de bomberos del distrito de Jerusalén, Nissim Twito.
El portavoz de la fuerza de bomberos, Dedi Simhi, señaló que, según las primeras investigaciones, «el incendio fue 100 por ciento causado por personas», pero evitó precisar si se trató de un accidente o una acción deliberada.
«No lo sabemos todavía», reconoció el portavoz. «Primero apagaremos el fuego y luego avanzaremos con la investigación», apuntó.