El gobierno de Israel inauguró un sistema para bombear agua al Mar de Galilea -uno de los principales recursos hídricos de la región- y mantener así su nivel durante las épocas de sequía.
Para implementar el sistema, la empresa nacional de gestión de agua, Mekorot, construyó una tubería subterránea de trece kilómetros que conecta el lago con una red de cinco plantas desalinizadoras sobre el Mediterráneo.
El proyecto, dijo el director de la Autoridad del Agua, Yehezkel Lifshitz, «demuestra que Israel es líder en pensamiento innovador» y representa «un enfoque de planificación creativa para hacer frente a los efectos del cambio climático».
«Al tiempo que garantiza un suministro de agua sostenible», añadió el funcionario, el nuevo sistema «salvaguarda los recursos naturales de Israel y mantiene el Mar de Galilea como un amortiguador estratégico» para la disponibilidad del líquido vital.
הסוף לקו האדום: החלה הזרמת מים מותפלים מהים התיכון לכנרת. העלות - כמיליארד שקלים@rubih67 pic.twitter.com/2GTvHTdAGz
— כאן חדשות (@kann_news) December 27, 2022
Conocido también como lago de Tiberíades o Kineret, es de fundamental importancia en la zona y mencionado desde los tiempos bíblicos. Además, la liturgia cristiana lo señala como el lugar donde Jesús camino sobre las aguas.
Ahora, el Mar de Galilea, uno de los cuerpos de agua más bajos de la Tierra, es el lago de agua dulce más grande de Israel y su reserva de agua de emergencia.
El proyecto «demuestra que Israel es líder en pensamiento innovador» y en la lucha frente al cambio climático
El proyecto había recibido la luz verde del gobierno en el 2017, después de una serie de años de fuerte sequía en la región. «Estamos convirtiendo el Kineret en un depósito de agua desalinizada», afirmó en aquel momento el entonces primer ministro, Benjamin Netanyahu.
«Es innovador e importante, y no se ha hecho hasta ahora», destacó Netanyahu, quien venció las elecciones de noviembre de este año y se apresta a retornar al poder.
Hay que tener en cuenta que el proyecto apunta más que nada a conservar la condición del Kineret como reserva estratégica, ya que -se estima- alrededor del 80 por ciento del agua potable en el país proviene de las plantas desalinizadoras.
En ese sentido, el presidente de Mekorot, Yitzhak Aharonovich, adelantó que «la capacidad de canalizar agua hacia el Mar de Galilea mantendrá el nivel del lago nacional» y le dará a la empresa la habilidad de «controlar los depósitos, incluso en tiempos difíciles».
Según señaló el diario Times of Israel, el proyecto tuvo un costo de alrededor de 900 millones de shekels, unos 264 millones de dólares estadounidenses.
Además de cubrir las necesidades de los consumidores locales, el sistema israelí tiene contratos para la provisión de agua a Jordania y a la Autoridad Nacional Palestina.