Aunque todavía quedan por contar votos de soldados y diplomáticos en el exterior, el bloque de derecha liderado por el ex primer ministro Benjamin Netanyahu se estaría quedando con cerca de 65 de los 120 escaños de la Knesset, suficientes para poder formar gobierno
Tras las elecciones del martes en Israel y con el 85 por ciento de los votos escrutados, el escenario parece listo para el regreso de Netanyahu al poder, de donde fue desalojado en junio del 2021 por la coalición encabezada por Naftali Bennett y el actual primer ministro, Yair Lapid.
Las cuentas podrían modificarse solamente si el partido izquierdista Meretz y la formación árabe Balad superan el piso de porcentaje de votos y logran entrar al parlamento, recordó en la mañana del miércoles la prensa israelí.
Para cumplir con el requisito mínimo de votos para poder contar con legisladores los partidos tienen que superar el 3,25 del total de los sufragios. Y Meretz, por ejemplo, aparecía en 3,20 en el recuento oficial.
לחצו כאן לקריאת העיתון בגרסה הדיגיטלית - בסלולר ובמחשב >>> https://t.co/8k4qNJnL2Y pic.twitter.com/yCsla1pVfN
— ישראל היום (@IsraelHayomHeb) November 2, 2022
De todas maneras, la ventaja del bloque que apoya a Netanyahu parece lo suficientemente sólida como para evitar mayores sorpresas. El Likud, el partido del ex primer ministro, estaba sumando 31 escaños, seguido de lejos por Yesh Atid, de Lapid, con veinticuatro.
Más atrás está la sorpresa de estas elecciones y la inquietante aparición en la política israelí, la formación ortodoxa ultranacionalista Partido Sionista Religioso, que estaba alcanzando catorce bancas y convirtiéndose así en el apoyo clave para el regreso de Netanyahu.
Luego llegaban Unidad Nacional, del ministro de Defensa, Benny Gantz, con doce escaños, al igual que el partido religioso Shas. La otra formación ortodoxa, el Judaísmo Unido de la Torá (JUT), sumaba ocho escaños.
Finalmente aparecen Israel Beiteinu, de Avigdor Lieberman, con cinco escaños, el mismo número de las alianzas árabes Ra’am y Hadash-Taal, mientras que el histórico Laborismo cierra la lista con apenas cuatro asientos en la próxima Knesset.