Las encuestas a boca de urna tras el cierre de los comicios de este martes en Israel ponen al ex primer ministro Benjamin Netanyahu al frente de un bloque de derecha y centroderecha de más de 61 bancas
De esta manera, al completarse las quintas elecciones desde el 2019 en Israel, Netanyahu, el líder del Likud, contaría con una mayoría en la Knesset, el parlamento unicameral de 120 bancas, y estaría en condiciones de recibir el encargo para formar nuevo gobierno.
Según sondeos citados por el portal del diario israelí Jerusalem Post, el bloque que apoya al ex primer ministro, formado por el Likud, el Partido Religioso Sionista, el Judaísmo Unido de la Torá (JUT) y Shas, reuniría entre 61 y 62 escaños en el nuevo congreso.
De acuerdo a las normas de la democracia parlamentaria israelí, con esos números Netanyahu debería recibir el encargo del presidente, Itzjak Herzog, para armar gabinete y asumir el poder en Jerusalén.
Por su parte, la coalición encabezada por el actual primer ministro, el ex presentador televisivo Yair Lapid, alcanzaría solamente entre 54 y 55 bancas en el próximo parlamento.

Las cifras, advirtió sin embargo el diario Times of Israel en su portal de internet, «pueden cambiar» hacia un lado o el otro del espectro político nacional.
Tomando los números de la encuesta a boca de urna de la emisora estatal Kan, el Likud de Netanyahu habría logrado treinta escaños, seguido por Yesh Atid (22), el Partido Religioso Sionista, considerado de extrema derecha (15) y Unidad Nacional, del ministro de Defensa, Benny Gantz (13).
Más atrás aparecen los partidos religiosos ortodoxos Shas (10) y JUT (siete), Israel Beiteinu, del actual ministro de Finanzas, Avigor Lieberman, y el Laborismo (ambos con cinco) y el izquierdista Meretz (cuatro).
Finalmente, las formaciones árabes Ra’am y Hadash-Taal sumaron, siempre según el sondeo de Kan, cinco y cuatro escaños, respectivamente.
A las 20 de Israel, cuando faltaban apenas dos horas para cerrar los comicios, las autoridades electorales señalaron una afluencia a las urnas del 66,3 por ciento de la población en condiciones de votar.
Se trata del número más alto desde las elecciones de 1999, cuando el 71,4 por ciento de los israelíes en condiciones de votar había pasado a depositar su boleta para las 20 hora local.