Los israelíes concurrirán el martes de esta semana a las urnas por quinta vez desde el 2019 para elegir a los miembros del próximo parlamento, cuya composición derivará en el balance de fuerza que decidirá quién forma el próximo gobierno
Una vez que surjan en Israel los resultados de estas elecciones, comenzará la acostumbrada danza de alianzas para formar gobierno, ya que -según adelantan las encuestas- ningún bloque político contará con una mayoría clara y decisiva.
En efecto, como Israel es una democracia parlamentaria, hace falta el apoyo de al menos sesenta y una de las 120 bancas de la Knesset para avanzar sin obstáculos en la formación de un nuevo gobierno.
Pero si ningún partido lo logra, el presidente, Itzjak Herzog, encargará al dirigente que salga mejor posicionado en los comicios que intente formar una coalición capaz de instalar un primer ministro y un gabinete en Jerusalén.
Según las últimas encuestas difundidas antes de que se imponga la veda sobre este tipo de sondeos, el bloque de derecha liderado por el ex primer ministro Benjamin Netanyahu estaría sumando el apoyo de sesenta parlamentarios, uno por debajo del mínimo necesario para ponerse a formar gabinete.
Los sondeos, preparados por los canales privados 12 y 13 y por la emisora estatal Kan, pusieron a la actual coalición en el poder, liderada por el primer ministro Yair Lapid y formada por partidos de centroizquierda y centroderecha, en cincuenta y seis bancas.
Por su parte, la alianza árabe de izquierda Hadash–Ta’al sumaría cuatro escaños.
Como viene ocurriendo en los últimos años, el electorado israelí está dividido básicamente en dos campos, uno que apoya a Netanyahu y otro que quiere impedir el regreso del ex primer ministro, sobre quien pesa una serie de procesos por corrupción.
Se espera que Yesh Atid, del primer ministro Lapid, sume entre 24 y 27 bancas, y el Likud de Netanyahu 30/31
De hecho, el actual gobierno asumió en junio del año pasado gracias a la combinación de las voluntades de tres dirigentes con posiciones diferentes (Lapid, Benny Gantz y Naftali Bennett) de evitar que Netanyahu permaneciera en el poder.
Así fue que se sumaron partidos de centroizquierda como Yesh Atid, de Lapid, de centro como Azul y Blanco de Gantz, y las formaciones de derecha detrás de Bennett con el principal objetivo de derrotar al ex primer ministro, todos ellos con el apoyo externo del partido árabe Ra’am.
Tal como pronosticaron numerosos analistas en aquel momento, ese gobierno nació débil y, al poco tiempo, se derrumbó a causa de diferendos internos entre sus miembros más a la izquierda y más a la derecha.
רה"מ יאיר לפיד @yairlapid בוועידת ישראל היום: "מעולם לא הייתי אופטימי יותר לגבי עתידה של החברה הישראלית" >> pic.twitter.com/bIHFC0lIMm
— ישראל היום (@IsraelHayomHeb) October 27, 2022
רה"מ לשעבר נתניהו באולפן #הפטריוטים: "גנץ הוא שמאל והוא זה שפעל נגד הריבונות. אני לא אקח אותו לממשלה שלי - זה הבל הבלים"@YinonMagal @netanyahu @patriotim14 pic.twitter.com/zMLli8k0oU
— עכשיו 14 (@Now14Israel) October 30, 2022
Para estas elecciones se sumó un elemento que preocupa a muchos israelíes y está inquietando a numerosos observadores extranjeros: el ascenso del sector ortodoxo nacionalista encabezado por el ex militante radical Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich.
La preocupación radica en que, en esta ocasión, Netanyahu estaría dispuesto a obtener el apoyo de Ben Gvir y Smotrich a cambio de ofrecerles ministerios en un eventual próximo gobierno encabezado por el líder del Likud.
Tomando en cuenta los sondeos de las tres emisoras, precisamente el Likud quedará en el primer lugar con entre 30 y 31 bancas, seguido por Yesh Atid con entre 24 y 27 y una sorpresa en el tercer puesto, el partido religioso sionista Tkuma, de Smotrich, con 14/15 asientos en la Knesset.
Más atrás aparecen Unidad Nacional, de Gantz -un prestigioso ex jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel- y Gideon Sa’ar, un ex Likud, con 10/11 escaños, y los partidos religiosos ortodoxos Shas (ocho) y Judaísmo Unido de la Torá (siete).
El histórico partido laborista Avodá, la casa de Golda Meir, Itzjak Rabin y Shimon Peres, sigue apareciendo en los últimos puestos, esta vez con apenas seis bancas, seguido por el secularista de centroderecha Israel Beiteinu (cinco) y el izquierdista Meretz con cuatro, al igual que las formaciones árabes Hadash–Ta’al y Ra’am.