Un reporte del diario económico israelí Globes señaló incluso que, «debido a los problemas de rezonificación» de terrenos en la zona del Panorama Center, adonde se planea mudar la central, «ni siquiera es seguro que la estación de autobuses cierre dentro de cuatro años»
Según apuntó el periódico, el Ministerio de Transporte de Israel y la Municipalidad de Tel Aviv-Yafo llegaron la semana pasada a un nuevo acuerdo sobre los detalles para el cierre de la estación, que funciona en un icónico -y gigantesco- edificio en el sur de la ciudad.
El nuevo plan, indicó el reporte de Globes, se llevará a cabo en dos fases, comenzando a inicios del 2024 con el traslado de la mitad de los servicios de autobús que actualmente salen de la central, «lo que reducirá el número de viajes diarios de 5.000 a 2.500», dijo Globes.
La segunda fase prevé la cancelación de la última mitad de las operaciones de autobuses para el 2026, varios años después de lo que había anunciado en octubre del 2021 la ministra de Transportes, Merav Michaeli.

Globes se mostró escéptico frente al nuevo programa, destacando que, al anunciar el acuerdo, a Michaeli «le resultó difícil explicar completamente todo el plan, que todavía parece estar lleno de lagunas y preguntas sin respuesta«.
Tomando en cuenta los reportes oficiales y los informes de la prensa, existen varios problemas que están obstaculizando el cierre de la estación, una medida que -casi todos están de acuerdo- será un gran avance contra la contaminación y los problemas del tránsito vehicular en Tel Aviv.
El gigantesco edificio parece estar resistiendo los ímpetus de modernización en Tel Aviv
Para empezar, señaló Globes, los planes para la instalación de estaciones de carga eléctrica en la terminal de la zona de Panorama «no parecen estar completamente» desarrollados como para que los autobuses ecológicos puedan operar desde allí.
Las autoridades locales están apostando fuertemente por la ampliación de las redes de autobuses eléctricos en la ciudad, incluso con tecnologías avanzadas que pueden revolucionar el sector del transporte.
Por otro lado, recientemente se reportaron graves problemas para los comerciantes con locales en la estación central, un punto que supo ser un gran imán económico en Tel Aviv pero que ahora languidece.

La Tajaná Merkazit forma parte oficial del paisaje de la ciudad desde 1993. Considerada la segunda estación de buses más grande del mundo, fue diseñada en 1963 por el arquitecto Ram Karmi.
Ocupa una superficie de 44.000 metros cuadrados con otros 230.000 construidos, y durante décadas fue un muy concurrido centro comercial adonde los israelíes no solamente se acercaban a tomar sus autobuses sino también para hacer compras y tomar un café.
Cuando se concrete, este cierre no será el primero de una terminal de autobuses en Tel Aviv, ya que en 1993, al abrirse la nueva, dejó de funcionar la «vieja central», que había servido a la ciudad desde 1941.
Escenario de incontables recuerdos y películas, recordada en canciones de grupos de música popular israelí, la estación «vieja» fue demolida en julio del 2009.