«Es muy emocionante encender la primera vela en los túneles del Muro Occidental», como se conoce en hebreo al Kotel, escribió Bennett en sus cuentas en las redes sociales
La ceremonia se llevó a cabo, precisamente, en una nueva porción de los túneles, abierta ahora al público con el nombre de La Ruta del Gran Puente.
Según explicaron desde la Fundación del Patrimonio del Muro Occidental, que administra la zona del Kotel, se trata de un nuevo recorrido a pie «que sigue los gloriosos días del período del Segundo Templo».
El trayecto, indicaron, «desciende un nivel adicional por debajo del suelo a lo largo de los restos del Gran Puente que llevó a los peregrinos» al sagrado recinto religioso de los judíos.
Incluye varias salas y espacios que sirvieron a los que vivían en el lugar en esa época, agregaron desde la Fundación, que presentó el recorrido como una colección de «nuevos y emocionantes descubrimientos» arqueológicos en la capital de Israel.
Las velas de Janucá «no ardieron solamente durante ocho noches, han estado encendidas durante 2000 años»
Bennett, por su parte, difundió un mensaje grabado dirigido a «todos los judíos del mundo», en el que recordó que, «hace veintidós siglos, los macabeos se alzaron y lucharon por la libertad» de su pueblo.
The lights of Hanukkah didn’t just burn for 8 nights…
— Naftali Bennett נפתלי בנט (@naftalibennett) November 28, 2021
They’ve been burning for 2,000 years. #HappyHannukah pic.twitter.com/1wmZ1O1g7o
A pesar de ser menos numerosos y tener menos armas que las tropas helenísticas, «ellos ganaron», remarcó el primer ministro, quien habló además del milagro de Janucá, cuando el aceite que hallaron los judíos en el Templo recuperado duró por ocho días en vez de uno.
Para Bennett, esas luces «no ardieron ocho días, sino que estuvieron encendidas 2.000 años y siguen brillando».
Por su lado, el presidente de Israel, Itzjak Herzog, encendió la primera vela de una Janukia (el candelabro de ocho brazos que se utiliza en esta festividad) en la Cueva de los Patriarcas, en Hebrón.
La cueva es señalada como el lugar del entierro de Abraham y de otros patriarcas y matriarcas judíos, por lo que se considera el segundo lugar más sagrado del judaísmo.
El presidente afirmó que Janucá «es como rehabilitación: un asunto en progreso» que implica «otro día y otro día, otra vela y otra vela, otro pequeño destino que se logra, hasta que haya una gran luz».
Es un «cambio que no ocurre de inmediato, se necesita tiempo para iluminar la realidad», apuntó Herzog.