El presidente de Israel, Reuven Rivlin, encargó este miércoles a Yair Lapid, el líder del partido de centroizquierda Yesh Atid, la formación de un nuevo gobierno, después de que el actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, fracasara en su intento
«Le dije (a Lapid) que este es un cargo que muy pocas personas han alcanzado», y «que estoy seguro de que para él es un momento que significa el más alto nivel de importancia y responsabilidad nacional», dijo Rivlin en un mensaje televisado desde la sede presidencial, en Jerusalén.
«Haré todo lo posible para asegurar que se forme un gobierno de unidad lo antes posible para que podamos poner manos a la obra en favor del pueblo de Israel», dijo Lapid en un comunicado tras conocer el anuncio de Rivlin.
Para el líder de Yesh Atid, Israel necesita «un gobierno en el que la izquierda, la derecha y el centro trabaje juntos para abordar los desafíos económicos y de seguridad que enfrentamos», y que «demuestre que nuestras diferencias son fuente de fortaleza, no de debilidad».
El partido de Lapid consiguió diecisiete bancas en las elecciones legislativas de marzo último, quedando en el segundo lugar solamente detrás del Likud de Netanyahu, que sumó treinta escaños.
Después de que el primer ministro le informó que no pudo conformar una alianza que le permita formar gobierno, Rivlin inició consultas con todos los partidos políticos y evaluó la posibilidad de encargar esa tarea a Lapid o a Naftali Bennett, líder del partido de derecha Yamina.
Ahora Lapid debe sumar el apoyo de por lo menos 61 miembros de la Knesset
Finalmente, Rivlin se inclinó por Lapid. En esas conversaciones con los partidos políticos, señalaron los reportes de la prensa israelí, el presidente supo que el líder de Yesh Atid cuenta con el apoyo de por lo menos cincuenta y seis de los 120 miembros de la Knesset, el parlamento unicamerical.
Ahora quedó en manos de Lapid, un ex presentador televisivo, formar una coalición de por lo menos 61 legisladores que apoyen la formación de un gobierno bajo su liderazgo.
La «principal consideración» que un presidente debe tener en cuenta para decidir a quién confiar la formación de un gobierno es la posibilidad de que lo haga con «la confianza de la nueva Knesset» surgida de las elecciones, explicó Rivlin.
«Por la cantidad de recomendaciones (de los distintos partidos políticos), está claro que Lapid podría formar un gobierno que tenga la confianza de la Knesset, a pesar de que existen muchas dificultades», añadió el presidente.
Según informó el propio Rivlin, un eventual gabinete conducido por Lapid cuenta con el apoyo de Bennett, quien le expresó al presidente su «deseo de un gobierno estable que sirva al pueblo israelí y aclaró que no descarta la posibilidad» de sumarse a una coalición con Yesh Atid.