Un joven israelí que se recibió este mes de técnico en emergencias médicas para el Magen David Adom (MDA) tuvo la oportunidad de poner en práctica su flamante título ese mismo día, cuando salvó una vida en Tel Aviv
Yehoshua Rothstein terminó el examen final en el curso de técnico en emergencias (una profesión conocida como EMT, por su sigla en inglés) con una puntuación perfecta de 100.
Después del festejo y la alegría, Yehoshua llegó a la estación de tren Ha’Hagana, en Tel Aviv, para regresar a su casa en Rehovot, «cuando escuchó un anuncio solicitando asistencia médica inmediata», relató el MDA en su website.
El recién graduado -continuó el reporte– arribó al lugar de la emergencia en segundos «e identificó a un hombre de 57 años que yacía en la plataforma inconsciente, sin pulso y sin respiración».
Yehoshua había apenas completado su curso de EMT con un puntaje perfecto de 100
Rothstein, junto con un médico que también estaba en el lugar, comenzó a realizar operaciones intensivas de reanimación, utilizando un desfibrilador instalado en la estación de tren.
Unos minutos más tarde llegaron los primeros socorristas del MDA con mediciclos y una ambulancia con una unidad móvil de cuidados intensivos.
Gracias al uso del desfibrilador y al rápido tratamiento de Yehoshua y los equipos de la MDA, «se salvó la vida de Igor Kirkopolo y su corazón volvió a latir», contó el servicio nacional de emergencias médicas.
Kirkopolo, residente de Netanya, fue evacuado a un centro de cateterismo cardíaco y luego recibió tratamiento adicional en el Hospital Ijilov, en Tel Aviv. Cuando pasó el peligro, Igor pidió conocer a la persona que le devolvió los latidos de su corazón.
Se trató de un «emocionante reencuentro», relató el MDA. «Ya me siento bien y me estoy recuperando, gracias a Yehoshua que me salvó la vida», declaró desde su casa Kirkopolo.
De repente, en esa estación de tren en Tel Aviv, todos los meses de entrenamiento «valieron la pena»
«Después del test final en la estación del MDA, estaba camino a casa en la estación de tren en Tel Aviv», recapituló por su lado Rothstein. «De repente -continuó-, hubo una llamada de asistencia médica y corrí al lugar».
«Sé que cada minuto es fundamental -afirmó Yehoshua-, así que comencé con compresiones torácicas y usé el desfibrilador tal como aprendimos» en el curso que había completado hacía apenas unas horas.
Sobre el reencuentro con Kirkopolo, el joven EMT dijo: «estaba muy emocionado de ver a Igor, quien hace solo una semana estaba entre la vida y la muerte, parado aquí a mi lado con su familia sonriente y saludable».
De repente, según reconoció el propio Yehoshua, los largos meses de entrenamiento con el MDA «valieron la pena».