Paramédicos del Magen David Adom (MDA), el servicio nacional de emergencias de Israel, compartieron detalles de las duras y conmovedoras experiencias que debieron afrontar el 30 de abril último durante la tragedia del Monte Merón
Dor Keinan, un paramédico de la estación del MDA en Afula, en el norte del país, recuerda perfectamente el momento en que recibió la llamada para acudir al lugar del incidente, el histórico monte adonde se estaban llevando a cabo las celebraciones de Lag BaOmer.
«Llegué al lugar y vi muchas reanimaciones, niños heridos y gritos, frente a mis ojos había ocho civiles inconscientes y ahí me di cuenta de que se trataba de un incidente inusual«, relató Dor, en una entrevista con el website del MDA.
El paramédico contó que, apenas llegado al lugar del desastre, comenzó a actuar «según el procedimiento, con calma y sin parar».

«Traté a los heridos y el primero que atendí fue un chico de 17 años que luchaba por su vida», continuó Dor. «Trabajamos como en una película, sentía que, si paraba, me quebraría», confesó.
Keinan dijo que «la parte más difícil» de su trabajo aquel día fue tener que «contar los cuerpos para dar un informe de situación al centro de despacho del MDA».
«Me di cuenta de la magnitud de la tragedia en segundos»
Sagit Mordechai trabaja desde hace once años en la central telefónica de la estación del MDA en Kiryat Ono, en los alrededores de Tel Aviv, y señaló que, antes de que estallara la tragedia, ya habían recibido «llamadas de rutina» desde el monte Merón, solicitando ayuda por «desmayos y pequeños golpes».
Pero rápidamente quedó en claro que se trataba de un incidente muy grave, «un evento muy complejo emocionalmente», señaló Sagit. A partir de ese momento, «todo lo que teníamos en la cabeza era llegar a tantas personas como fuera posible que necesitaran ayuda» en el lugar de la tragedia, dijo la operadora del servicios de emergencia israelí.
«Terminamos la noche, a pesar del difícil evento, con una sensación de satisfacción porque actuamos de la manera más ordenada y eficiente«, rememora Sagit. «Pudimos despachar helicópteros, hablar con los hospitales y prepararlos para la recepción de los heridos», resumió.

Yossi Halabi, otro de los paramédicos del MDA, estuvo entre los primeros en llegar al lugar de la tragedia, que terminaría con un saldo de cuarenta y cinco personas muertas y decenas de heridos.
«Lo que vimos al llegar fue muy duro, era gritos y gente aplastada» por las avalanchas humanas, contó Yossi. «Me di cuenta de la magnitud del asunto en segundos», aseguró.
Ahora, y mientras pasan los días desde el momento del desastre, «sigo reviviendo el evento y me pregunto si podría haber hecho algo mejor» para ayudar a las víctimas, dijo Halabi.
«Es muy difícil volver a la normalidad» después del desastre
«Hablo con mi equipo, asegurándome de que todos estén psicológicamente bien», porque «es muy difícil volver a la normalidad después de semejante desastre», completó el paramédico.
«Incluso ahora, días después, no estoy del todo seguro de haber digerido» la magnitud de la tragedia, coincidió Keinan, el paramédico de Afula. De todas maneras, al día siguiente «ya estaba de guardia» en la estación del MDA, «porque debemos continuar» con el trabajo, agregó Dor.

Assaf Schmidt, estudiante en una yeshivá y también paramédico del MDA, había concurrido al monte Merón para participar de las celebraciones, por lo que fue uno de los primeros en asistir a las víctimas.
Como llevaba puesta la camisa de su uniforme del Magen David Adom, «de repente se me acercaron dos niños y me gritaron que se necesitaba ayuda urgente», rememoró Assaf.
«Al principio no entendía lo que querían pero cuando más y más gente empezó a gritar me di cuenta de que algo estaba pasando y corrí al lugar» de la avalancha, agregó.
Schmidt recordó que hizo «todo lo posible por ayudar y entender cómo se podía sacar a la gente», pero que muchas veces resultó «imposible». Durante largos minutos, contó, «policías y socorristas tratamos de sacar gente» de la montaña humana que generó la estampida.
«Nunca olvidaré lo que vi por el resto de mi vida», afirmó Assaf. Fue la situación «más difícil a la que asistí» y ahora «me cuesta volver a la rutina, necesito tiempo para digerir las cosas que vi y experimenté», resumió el paramédico.
Muy triste todas las publicaciones. Me cuesta entender tanto dolor, tanta frialdad en la política ante alguie que ha dado tanto en ISRAEL, donde amamos a HASHEM y se supone que no se juega sucio. Hasta felicidad hubo el día de las elecciones. ¿Qué pasó? Se perdieron las cajas. ¿Cuál es la excusa? Lo mismo que pasó en USA. Pero en ISRAEL donde se supone hay Temor, Obediencia y Amor a HASHEM. ¿Entonces qué pasó? ¡ADONAI SÍ LO SABE! El actuará a su tiempo. Quizás vemos esto con descepción. Pero a los ojos de ADONAI tal vez sea otra cosa. Seguiré orando, para poder digerir esto. Aún no lo veo claro. Hay muchas cosas juntas: la Pandemia, los Palestinos, Rumores de guerra internacional. Los accidentes con 45 personas muertas, Ataque a 3 F.D.I.ya 1 con HASHEM. Hoy una guerra entre personas. Todas las cosas tienen su lado bueno y también su lado malo. Poco a poco HASHEM nos mostrará: ¿Cómo y por qué ha pasado todo esto? Sí HASHEM ES AMOR pero también ES FUEGO CONSUMIDOR. Poco a poco entenderemos de qué nos está Protegiendo y salvando, porque Él TODO LO VE y TODO LO SABE. Es mejor hacerle caso, aunque nos duela. Porque nuestra pequeñez no nos permite ver a veces, más allá de nuestras narices. Tal vez lo último que miremos. ¡Pidamos en oración y con un corazón en manos de HASHEM, lo mejor para ISRAEL! ¡LA PAZ DE HASHEM, QUE SOBREPASA TODO ENTENDIMIENTO, ESTÉ SOBRE TODO ISRAEL. Y EN CADA UNO DE SUS HABITANTES. QUE HASHEM GUARDE VUESTROS CORAZONES Y VUESTROS PENSAMIENTOS EN YHWH! AMÉN.
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Dra Eunice Vega Rojas