Un estudio de investigadores israelíes afirmó que la decisión, tomada en los años ’60, de autorizar los implantes mamarios de silicona fue «un error médico histórico»
«Se han acumulado muchos informes sobre el efecto perjudicial de los implantes de silicona en la salud humana» durante las últimas décadas, «y se suscitó un gran debate sobre la seguridad de estos implantes», señaló el reporte.
Preparado por expertos de varias universidades de Israel y del hospital Sheba -considerado uno de los mejores del mundo-, la investigación apuntó que el mundo de la medicina «consideró erróneamente a la silicona como un material inerte en relación con el cuerpo humano y el sistema inmunitario».
El jefe de la investigación, el profesor Yehuda Shoenfeld, de la Universidad de Tel Aviv, ya había publicado un extenso reporte sobre el tema en el 2018, pero ahora fue todavía más allá con su advertencia.
En el nuevo informe, divulgado en las páginas de IMAJ, la revista en inglés de la Asociación Médica de Israel, Shoenfeld dijo ahora que la decisión de aprobar el uso de la silicona fue directamente «un error» de alcance histórico.
Según el estudio, detrás de este problema se esconde, entre otras cosas, la falta de supervisión de la FDA (la oficina federal estadounidense que regula medicamentos y dispositivos médicos) y datos sobre los efectos secundarios ocultos por las empresas.
«Se consideró erróneamente a la silicona como un material inerte en relación con el cuerpo humano»
Esta combinación dejó como resultado complicaciones autoinmunes y mentales graves entre muchas de las mujeres que recibieron este tipo de implantes.
El equipo, indicó el diario Jerusalem Post, entrevistó a muchas mujeres con implantes que sufrían de fatiga severa, depresión, dolor generalizado, palpitaciones, pérdida de memoria, ojos secos y boca seca, y un tipo raro de linfoma (cáncer de la sangre), entre otras complicaciones.
«Algunas mujeres recibieron medicamentos antidepresivos y antipsicóticos que no mejoraron sus condiciones e incluso las empeoraron», añadió.
La silicona, recordaron los expertos, no es un material natural sino «un polímero ramificado que ha sido fabricado a partir de átomos de sílice».
Y «se ha demostrado que la exposición prolongada de los seres humanos a la sílice desencadena enfermedades autoinmunes», denunciaron.